El pasado 15 de septiembre escribía que un impuesto a las telecomunicaciones en México (y por lo tanto al uso del internet), ahora conocido como Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, estaría justificado si el gobierno ofreciera conexiones gratuitas en áreas públicas en diferentes ciudades, si buscara formas de que los ISPs ofrezcan conexiones más rápidas y más baratas y si tuvieran un marco legal verdadero que impida cualquier tipo de censura.
Lamentablemente ninguna de estas cosas se cumplen y México actualmente está en un estado bastante particular con el tema del acceso al internet. Menos del 25% de sus habitantes están online, la mayoría no tiene una conexión de banda ancha y aún se pagan altos precios (considerando el poder adquisitivo). Un impuesto a las telecomunicaciones representaría una serie de desventajas que de ninguna forma beneficia al país, ni a sus habitantes ni a mejorar el estado general de las conexiones en el país.
En definitiva, el gobierno mexicano no debería aplicar dicho impuesto, y creo que hay cuatro motivos centrales y claves:
Aumento de la brecha digital:: creando desigualdad y analfabetismo digital. Aunque ahora mismo las consecuencias de esta separación no sean evidentes, el aumentar el costo total del acceso a internet dejará aún a más personas sin la posibilidad de estar online y eso genera una consecuencia negativa a mediano/largo plazo, especialmente a medida que avanzamos hacia un plano social globalizados.
Lo cual tiene como consecuencia la reducción a la posibilidad del acceso a la información. De acuerdo a la OMS, «las nuevas oportunidades tecnológicas (y del libre comercio a escala global) serán el motor de una tercera revolución industrial, se podrán anular las brechas de pobreza y de falta de recursos existentes, confrontándose en el campo de la economía, de las transformaciones políticas y sociales, de la identidad, en la cultura y en el poder, modelando nuevas relaciones a escala global» -- mientras el gobierno mexicano siga haciendo difícil la accesibilidad a la información, condena a su población a quedarse atrás.
El actual gobierno será recordado como quienes implantaron el "impuesto anti-internet": La historia habla por si misma, en cualquier otro país donde se han aplicado medidas similares a este impuesto, millones de personas lo recuerdan como "el gobierno anti-internet" o cosas similares. Desde un punto puramente politico/populista, los partidos que aprobaron este impuesto deberán analizar si a largo plazo tendrán menos apoyo por aprobar este tipo de medidas.
La tendencia en los precios de acceso a internet deben ir siempre a la baja, no al alza: ¿Realmente los gobernantes de México quieren caracterizar al país como aquel donde el precio del internet sube en vez de bajar? -- el internet, como la luz, el agua y el teléfono debería ser un servicio básico, no una especie de lujo que no todos pueden pagar. Desde hoy, con ese incremento del 3%, menos personas tendrán acceso.
Los mexicanos necesitan que su gobierno abra puertas a la tecnología y la información, aumentar los precios, con el estado actual de la economía y del país en general hace exactamente lo contrario. ¿Están seguros que ese es el camino correcto?
Por cierto que en Twitter se está usando el hashtag #INTERNETnecesario para protestar por esta medida. Sería tan interesante como importante que todo ese esfuerzo invertido se enfoque en ir más alla de la protesta y empezar a tomar acciones en concreto para que los actuales gobernantes no solo entiendan la negativa a la medida (más alla de simplemente estar en desacuerdo) sino de las consecuencias que habrá.