La señal de origen desconocido fue captada por el radiotelescopio Big Ear durante exactamente 72 segundos desde la zona oeste de la constelación de Sagitario, 30 veces superior al ruido de fondo. No fue hasta unos días después cuando Jerry R. Ehman, un profesor de la Universidad de Ohio que trabajaba como voluntario del programa SETI (Search for Extraterrestrial Inteligence), descubrió la anomalía mientras revisaba los registros. Ehman escribió un «Wow!» a un lado de la secuencia de dicha señal, de ahí el nombre.

Para entender la naturaleza de la captación y la secuencia de la señal hay que entender primero cómo Big Ear escaneaba el cielo: el radiotelescopio estaba fijo y simplemente aprovechaba la rotación natural de nuestro planeta; entonces por la ventana de observación del telescopio y a la velocidad de rotación de la Tierra es posible observar un punto específico por un máximo de 72 segundos. Por esto se da por hecho que cualquier señal extraterrestre se registra por exactamente ese tiempo y que se iría intensificando durante los primeros 36 segundos, momento en que la señal llega al centro de la ventana de observación del telescopio para luego mostrar un descenso gradual.

El radiotelescopio Big Ear no recogía ni grababa sonidos. De acuerdo al protocolo de observación las señales eran registradas por un ordenador en el observatorio e impresas en papel continuo, por lo tanto, la señal anómala es representada con una secuencia: 6EQUJ5. Ese código tiene un significado específico que representa las intensidades recibidas a lo largo de esos 72 segundos codificadas de la siguiente manera:

0 representa intensidad 0. Del 1 al 9 representan intensidades del 1,000 al 9,999.

Intensidades de 10 para arriba son representadas por letras, por lo tanto:

A representa intensidad del 10,0 a 10,999 B representa intensidad del 11,0 a 11,999

...y así sucesivamente. De hecho, U fue la señal más intensa jamás recogida por Big Ear. Los 72 segundos de duración, su forma y su intensidad son indicativos a un origen extraterrestre. Pero eso no prueba nada.

Radiotelescopio Big Ear / NAAPO

Big Ear tenía dos antenas por lo que se esperaba que la anomalía se repitiera nuevamente tres minutos después, pero esto no sucedió. Un mes más tarde Jerry Ehman intentó encontrar repeticiones de la señal en la misma zona pero no tuvo éxito. En 1987 y 1989 Robert Gray buscó la señal desde el Observatorio de Oak Ridge (en Massachusetts) pero no encontró nada. En 1995 y 1996 Gray usó el Very Large Array (que es muchísimo más sensitivo) pero tampoco hubo éxito.

Por último, en 1999 Gray y Simon Ellingsen usaron el radiotelescopio de la Universidad de Tasmania para hacer 6 búsquedas de 14 horas cada una en varias posiciones cercanas a donde se detectó la señal original. No se encontró nada.

Debido a esto, muchos científicos creen que se trata de una emisión de radio de algún satélite artificial orbitando la Tierra que atravesó justo en ese momento, un reflejo en la atmósfera de una señal o un reflejo en basura espacial. El mismo Ehman, el descubridor de la señal, ha expresado sus dudas en diferentes ocasiones.

Fuentes: Wikipedia, Big Ear, SETI, Internet Encyclopedia of Science

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