Cada Mundial, desde que tengo memoria, viene la misma queja: el balón se diseña para ser más exacto pero termina siendo más impredecible. Arqueros, jugadores, técnicos, afición... todos tienen una observación para el balón que corre en la Copa del Mundo de Fútbol. El Jabulani no es la excepción. Si dicen que FIFA tiene una cruzada contra la tecnología, no será en los balones. ¿Qué hace diferente al Jabulani de sus predecesores? ¿Por qué tanto lío?

Comencemos por darle una mirada clínica al balón. El Jabulani tiene un díametro una circunferencia de 69 centímetros, no perminte la absorción del agua, tiene un peso de 440 gramos y una pérdida de presión de 10%. Está construido con un nuevo diseño que consiste en ocho capas selladas térmicamente y tres páneles dimensionales. Está moldeado esféricamente de etileno acetato de vinilo (o goma EVA) y poliuretano termoplástico (TPU). La superficie del balón esta texturizada con surcos, una tecnología de Adidas llamada Grip 'n Groove que mejora la aerodinámica de la bola. Así mismo, el diseño del balón recibió mucha ayuda de los investigadores de la Universidad de Loughborough, Inglaterra.

Quizá el cambio más radical es el número de capas en el balón con respecto a su antecesor, el Teamgeist. El balón utilizado en Alemania 2006 tenía 14 capas selladas de forma térmica, en tanto que el Jabulani apenas emplea ocho. También los materiales son diferentes, ya que el Teamgeist utilizó cuero sintético y una capa de espuma.

Del mismo modo, el bajo número de costuras del Teamgeist (pasando de 32 caras hexagonales a 14 caras curvas) redujo considerablemente la resistencia al aire, lo que lo hacía un esférico mucho más ligero. Jabulani conserva este diseño de caras curvas, pero sumado a los surcos del Grip 'n Groove, resulta en un balón más impredecible. La superficie con menos costuras del Jabulani cambia su resistencia al viento, su deslizamiento sobre el césped y, por supuesto, el golpeo de la bola.

Al final, FIFA siempre ha querido darle espectacularidad al juego durante los Mundiales, y uno de sus trucos preferidos es el balón. Mientras que a unos les gusta la velocidad y ligereza del Jabulani, otros lo critican fuertemente (diría el arquero de Brasil, Julio César, que parece una pelota de supermercado). A veces, estos cambios resultan en detrimento del desempeño, como el Fevernova en el Mundial de Corea-Japón 2002, tan exacto que terminó siendo enormemente predecible, lo que redujo muchísimo la cuota de anotaciones. Ya veremos, después del 11 de julio, qué lugar le da la historia balompédica al Jabulani.

Para cerrar, una infografía con el diseño detallado:

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