Forma una parte tan importante de mi vida que creo que no podría mi concebir mi día a día sin ella, probablemente de la tuya también. Es necesaria para que puedas leer estas palabras, para recoger, en un sólo sitio y a la vez en muchos, la mayor cantidad de conocimiento que el hombre haya podido abarcar jamás. Ha marcado una de las revoluciones más profundas de la historia de la humanidad y probablemente todavía no haya dicho su última palabra. Estoy hablando de la Web.

La Web es un término tan abstracto, un concepto tan amplio que resulta difícil entenderlo en su totalidad, no está de más echarle un ojo al artículo de la Wikipedia al respecto. En la imagen que acompaña este post, en ese pequeño rincón aleatorio y anodino de un pasillo como otro cualquiera, donde está la placa, ahí nació en 1989 la World Wide Web.

Lo hizo de la mano de Tim Berners Lee, en el CERN de Ginebra, concretamente en ese despacho que tiene la puerta abierta y en uno de los contiguos, usando un NeXTcube, una computadora de NeXT, la empresa que fundó Steve Jobs tras su salida forzosa de Apple (este señor está en todas) y que funcionó como el primer servidor web de la historia. Desde entonces ha avanzado hasta convertirse en lo que todos conocemos. Los lugares más normales pueden ser testigos de las cosas más maravillosas.

Via: Gizmodo

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: