Desde tiempos inmemoriales el ser humano estudia con ahínco la Luna pero a pesar de eso todavía son muchas las dudas que la comunidad científica tiene sobre el satélite. Por ejemplo, aunque ya sabemos seguro al cien por cien que en la Luna efectivamente hay agua (durante muchos años se pensó justo lo contrario) gracias a diversos estudios recientes, aún no se tiene nada claro cuanta cantidad del liquido elemento alberga el satélite. “¿Cómo que no? Yo hace nada leí por ahí que un grupo de científicos había confirmado que en la Luna existen cantidades de agua muy muy importantes”, estarán pensando algunos, lo que es verdad, pero resulta que en las últimas horas acaba de salir otro nuevo estudio que tira por tierra ese otro. Os pongo en antecedentes.

A finales del año 2009 la sonda LCROSS (siglas de Lunar Crater Observation and Sensing Satellite) desató la euforia entre todos a los que la Luna nos apasiona al obtener pruebas sólidas de que en nuestro único satélite natural hay agua. Lo mejor de este caso fue que, a diferencia de varios anuncios anteriores relacionados con el tema que nos ocupa, lo que se encontró no fueron pequeños indicios de la existencia de agua en forma de pequeñas trazas sino pruebas contundentes por lo abundante (hallaron unos 80 litros de agua congelada a alrededor de 230 grados bajo cero en un cráter). Este fue el gran primer bombazo sin ninguna duda, pero no tardarían en llegar más.

Pocos meses después del descubrimiento de la LCROSS, concretamente en marzo de este año, el radar Mini-SAR de la NASA - que viaja a bordo de la sonda india Chandrayaan-I -”escaneó” la superficie lunar con pulsos polarizados que le permitieron medir su rugosidad, gracias a lo que detectó nada más y nada menos que 40 cráteres lunares de entre una y nueve millas de diámetro con hielo en su interior (unos 600 millones de toneladas de agua congelada en total según las estimaciones). Este segundo descubrimiento, además de ser la segunda gran confirmación de que en la luna hay agua, también fue el primero que echaba luz sobre la pregunta que reza en el título. Todo parecía indicar pues que en la Luna no solamente había agua sino que además se podía encontrar en grandes cantidades, lo que justamente confirmó un tercer trabajo científico por el mes de junio capitaneado por Francis McCubbin del Laboratorio de Geofísica del Carnegie Institute el cual un cuarto acaba de contradecir en las últimas horas como decía al principio (y en este momento ya entramos al meollo de la cuestión).

McCubbin y su equipo aseguraron en junio que, basándose en los resultados obtenidos de analizar dos pequeños trozos de Luna traídos a la tierra en las expediciones Apolo, los minerales lunares contenían al menos 100 veces más cantidad de agua de lo que inicialmente se pensaba. Pues bien, ahora otro grupo de científicos, estos de la Universidad de Nuevo México dirigidos por Zachary Sharp, han vuelto ha analizar esas mismas dos rocas lunares y sus conclusiones son diametralmente diferentes a las de McCubbin. Según este último estudio, basado en el análisis de la composición de isótopos de cloro de las rocas, el interior de la luna es anhidro y también creen que siempre fue así, en contra nuevamente de lo apuntado por otros estudios, de lo que se deduce a su vez que en la Luna nunca existieron condiciones para que hubiera vida.

Entonces, ¿cuanta maldita agua hay en la luna? Lamentablemente como podéis ver responder la cuestión a día de hoy simplemente no es posible. Tenemos claro que hay agua, bastante, pero si estos últimos resultados de Sharp y su gente son ciertos como así parece, ni mucho menos la que se imaginaba ya que la teoría de que en el interior de la luna hay grandes concentraciones de agua se cae, lo que nos lleva a otra cuestión lógica: ¿y esto es bueno o malo? Pues no lo tengo nada claro. Lo descubierto por Sharp hará otra vez que el interés por la Luna de muchos decaída, pero por otro lado se demuestra nuevamente que aunque desde hace montón de tiempo investigamos el satélite y sabemos mucho sobre él, todavía quedan incógnitas muy importantes sin responder.

Para concluir me gustaría decir que espero que nadie se haya sentido “engañado” con el titular por no responder la pregunta que en él aparece, no era la idea. Solamente pretendía, a sabiendas de que la cuestión no tenía respuesta pero sí que era el hilo conductor ideal, realizar una radiografía de los acontecimientos más importantes a los que hemos asistido en los últimos meses en relación con la investigación de la Luna y su agua, poniendo como guinda del pastel las conclusiones de la reciente investigación de Zachary Sharp. Ojalá que nadie se enfade pues, que ya lo decía "no sé quién": el proceso que nos lleva a las conclusiones es tan o más interesante que las mismas (hay un 100% de probabilidades de que la frase no fuera así exactamente o incluso que me la haya inventado completamente de manera inconsciente).

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