Hace un par de semanas, salió a la luz que Google daría un aumento salarial de 10% a todos sus empleados en 2011. La información fue filtrada por un empleado de la compañía al blog Business Insider, incluyendo un supuesto correo de Eric Schmidt. Al día siguiente, Google declaró que había despedido al soplón, sin revelar su nombre -- noticia que, por cierto, fue malinterpretada en México como que Schmidt había sido cesado. Al fin ha trascendido la identidad del empleado que desvelo la noticia. Se trata, nada más y nada menos, de Randy Wigginton.

Probablemente su nombre no les diga mucho, pero basta para ver su trayectoria para darse cuenta del palmarés de este hombre. Randy Wigginton es una auténtica leyenda en Apple. De hecho, fue uno de los pioneros (el sexto empleado de la compañía), y colaboró con Steve Wozniak en el diseño de circuitos y del ROM de la Apple II en 1977. Además, se desempeñó también como un distinguido ingeniero en empresas como eBay o PayPal.

¿Cómo se enteraron que Wigginton había sido el sacrificado? Todo comenzó al día siguiente del anuncio, cuando su perfil de Wikipedia fue alterado por un antiguo colego suyo, quien puso a Google como su empleo previo en vez de actual. 10 días después, el perfil de LinkedIn de Wigginton indicó que su trabajo en Mountain View había terminado en noviembre de 2010. Además, Business Insider es una de las 54 cuentas que el desarrollador sigue en Twitter, lo que concuerda con la descripción de que la informacón había sido provista por "un lector fiel".

Un vocero de Google explicó que Wigginton puso a cerca de 20 mil colegas en riesgo de ser asaltados (?) mientras llevaban su bono vacacional a casa. Otra de las razones de su despido puedo ser que la empresa percibió su acción como una traición, ya que Wigginton se desempeñaba como ingeniero de confianza. Esta pequeña fuga, sin importar cuán trivial pudiera parecer, no podía ser pasada por alto por Google. También se dice que el desarrollador no encajaba del todo con la cultura corporativa, ya que por su temperamento, desdeñaba ciertas reglas de las compañía -- especialmente en torno a los flujos de información.

Como sea, Google ha mandado un mensaje ejemplar a sus trabajadores con esta acción. Así como les reconoce monetariamente su esfuerzo, también enseña cuán categóricos pueden ser con las indisciplinas. Poco importa que seas una leyenda viviente en el gremio, con Google no se juega. Yo sólo me pregunto si Wigginton no recibirá en estos días alguna jugosa oferta de cierta prominente red social (¡hey, Mark, acá tenemos uno disponible!). Digo, sólo por seguir la tendencia.

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