Julian Assange suele acaparar todos los reflectores, tanto que a veces olvidamos a Bradley Manning, el analista militar que filtró los documentos sobre las invasiones a Irak y Afganistan; así como los cables diplomáticos que han sacudido al mundo. Mientras el mundo clamó por la libertad de Assange, en la oscuridad queda Manning. Incluso se critica con mordacidad la doble moral de las celebridades que apoyan al fundador de WikiLeaks, en tanto que el militar se pudre en su celda. Y no, no exagero.

¿Cómo es un día común en la vida de Bradley Manning? Nada placentero. Desde su aprehensión en julio de 2010, el militar se encuentra prisionero en la instalación de confinamiento de Quantico. Su celda mide 1.8 metros de ancho por 3.6 de largo, tiene una cama, un bebedero y un retrete. Los guardias que le custodian son profesionales, por lo que en ningún momento han tratado de molestar, acosar o asediar a Manning; sin embargo, tienen prohibido entablar conversación con él.

Bradley Manning debe despertarse a las 5:00 horas (aunque en fines de semana, se le permite quedarse en cama hasta las 7:00). No tiene permitido dormir en ningún momento entre las 5:00 y las 20:00 horas. Si lo intenta, los guardias le ordenan mantenerse de pie o sentado. Manning tiene permitido ver la TV durante el día, pero su acceso está limitado sólo a las estaciones locales. Puede ver de una a tres horas en la semana laboral, o de tres a seis en fines de semana.

Manning está totalmente aislado. No puede ver a ningún otro recluso desde su celda, y muy ocasionalmente escucha a otros hablar, ya que no se encuentran otras personas confinadas cerca de su celda. Entre las 19:00 y las 21:20 horas, se le permite a Manning escribir cartas a sus familiares, amigos y abogados. Durante este tiempo de correspondencia, tiene permiso para tomar una ducha de máximo 20 minutos. Como privilegio de fin de semana, puede recibir visitas autorizadas entre las 12:00 y las 15:00 horas.

El analista militar puede recibir cartas si el remitente se encuentra dentro de una lista aprobada por su consejo legal. De lo contrario, la misiva será regresada o destruida. Bradley puede poseer hasta quince libros o revistas, y debe solicitarlos por su nombre. Una vez que la publicación haya sido revisada para aprobación por la junta literaria de Quantico, se le permite pedir el título mediante alguna persona en su lista aprobada. Eso sí, sólo puede tener acceso a uno de estos quince artículos a la vez, y se le retira antes de que se vaya a dormir.

Manning se encuentra recluido dentro del programa de vigilancia de prevención de lesiones, lo que implica que debe pasar cerca de 23 horas al día en su celda. Todas las comidas las recibe en su cuarto, y no tiene permitido tener sábanas ni almohadas -- sólo un par de frazadas y un colchón. Los guardias deben revisar el estado de Manning cada cinco minutos, preguntándole si se encuentra bien. El militar debe responder de alguna forma afirmativa. Por la noche, si los guardias no pueden ver a Manning claramente (sea porque tiene la cabeza tapada con la frazada o algo así), tienen la obligación de despertarlo para preguntarle sobre su condición.

¿Objetos personales? Ni hablar, completamente prohibidos. Además, Manning no puede hacer ejercicio dentro de su celda. Si intenta hacer lagartijas, sentadillas o cualquier otra rutina, los guardias deberán forzarlo a detenerse. Sólo tiene acceso a una hora de ejercicio por día, fuera de su celda. Manning es enviado a un cuarto vacío y únicamente tiene permiso para caminar. El militar suele caminar en "ochos" durante toda la hora, y regresa a su confinamiento después.

Por último, Manning debe quitarse la ropa y quedarse sólo en calzoncillos a la hora de dormir. Los guardias recogen las prendas, y se las devuelven hasta el día siguiente, a las 5:00 de la mañana, cuando la rutina comienza de nuevo. Así, una y otra vez, día tras día, sin cambio alguno. Sí, Assange ha sido crucial en los cambios que vivimos en este momento, pero no olvidemos a aquel que -- héroe o villano, según donde se vea la película -- decidió abrir el grifo para drenar la porquería del sistema.

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