Muchos os preguntaréis qué es eso de la prostitución 2.0, ni yo mismo lo sé muy bien. De un tiempo a esta parte nos ha dado por añadirle la coletilla a todo y por supuesto el oficio más antiguo del mundo no podía ser la excepción. Supongo que algún entendido pasó un día por calle Montera, vió a alguna de estas señoritas iPhone en ristre y se dijo: -¡Anda, prostitución dos punto cero!

Si nos ponemos técnicos, diríamos que el término refiere a la irrupción del negocio de la carne en Internet, donde está encontrando un filón en cuanto a captación de clientela. Era inevitable que tarde o temprano este nebuloso mercado diese con las redes sociales, entre ellas Facebook, motivo de estudio por parte de Sudhir Venkatesh, profesor de sociología de la Universidad de Columbia.

Lejos de ahondar en aspectos faceboquianos mil veces tratados, Venkatesh decidió determinar qué incidencia tiene la tecnología en el negocio de la prostitución, más concretamente entres las meretrices neoyorquinas. Los resultados, publicados por la revista Wired, resultan sorprendentes cuanto menos: un 83% de las prostitutas en cuestión tiene su propia página en Facebook.

Venkatesh entiende que estas nuevas vías de interacción están consiguiendo aportar cierta sofisticación a impulsos otrora considerados primitivos:

Ningún hombre cosmopolita que se precie tiende a buscar compañía bajando la ventanilla de su coche en un semáforo.

No le falta razón. La percepción está cambiando y Facebook bien pudiese transformarse en un nuevo, discreto y global Barrio Rojo. Para finales de 2011, el sociólogo estima que la web de Zuckerberg se convertirá en el sitio de "reclutamiento" online por antonomasia, donde las prostitutas podrán controlar su imagen, fijar precios y desligarse de proxenetas, madames y demás intermediarios vía smartphone app.

Ya en 2008, el profesor estima que un 25% de los clientes contactaban con las prostitutas a través de Facebook. Cómo es algo que Venkatesh no se para a analizar: tal vez con meras solicitudes de amistad y mensajería privada, aunque tampoco es descartable la existencia de discretos códigos que salvaguarden las apariencias.

Tiene razón Cnet News cuando pregunta: si todo en Internet se está volviendo cada vez más personal, más social ¿por qué ha de extrañarnos que Facebook se convierta en el nuevo patio de recreo del placer pagado?

Chiste fácil: ¿tenéis dudas a la hora de configurar la privacidad de vuestros perfiles? creo que no hace falta que os diga a quién deberíais preguntar...

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