Google compró la empresa On2 Technologies a finales de 2009, con esto inició un camino bien planeado para competir en el mercado de lo formatos de audio y vídeo en la web. Como resultado de la compra, Google anunció en mayo de 2010, durante el evento Google I/O, el nacimiento de un nuevo formato multimedia bautizado como WebM, que contiene

  • Vorbis: códec de audio que existe desde 2000 y es parte de un proyecto independiente llevado por la fundación Xiph.Org. Normalmente se le encuentra en archivos multimedia de la familia OGG, tradicional en el mundo open source.

  • VP8: es una tecnología de compresión de vídeo que viene de una generación de códecs patentados por On2 a partir del año 2000, desde VP3 a VP7. Google hizo a VP8 libre del pago de derechos por el uso de patentes: "Tú puedes hacer lo que quieras con código basado en WebM sin tener que entregar dinero a nadie."

Adobe, Mozilla y Opera son parte del proyecto WebM, pero es Google quien lleva el mando. WebM incluso cuenta con el apoyo de la mismísima Free Software Foundation.

Ahora bien, MPEG LA, la organización a cargo de las patentes de códecs tan importantes como H.264 para la compresión de vídeo, ya inició la caza de lo que considera suyo y que puede estar dentro del formato WebM. En particular, MPEG LA invita a sus miembros a enviar especificaciones de patentes que encuentren esenciales en la especificación de VP8. La MPEG LA comenzará a recibir esa información a mediados de marzo, lo que significa el inicio de un proceso que puede desembocar en los tribunales versus Google.

Desde hace un año la MPEG LA tenía esos planes. La idea, al final del día, es crear un consorcio de patentes alrededor del VP8 de WebM. Después de todo, es su negocio.

Google no compró VP8 por 124 millones de dólares con los ojos vendados. Por supuesto, hizo las previsiones que consideró necesarias para no ser demandado. Incluso ha tomado decisiones drásticas como dejar de soportar H.264 en Google Chrome a favor de WebM. De modo que hay buenas posibilidades de que WebM siga siendo open source. Aunque nunca se sabe, y menos cuando se trata de ambiguas definiciones de patentes, despachos de abogados, empresas poderosas y código fuente.

Imagen: 917press

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