Tal vez recordéis el complejo litigio en que LG y Sony llevan meses envueltas. La casa de Playstation demandó a LG por la infracción de hasta siete patentes de telefonía móvil, acusación contestada ipso facto con la reclamación de otras cuatro, una de ellas vulnerada por el sistema de entretenimiento de Sony, televisores marca Bravia y ciertos reproductores de Blu-Ray.

La petición por entonces fue bloquear la venta de Playstation 3 en los Estados Unidos por resultar un “sistema de reproducción de datos almacenados en un dispositivo de sólo lectura” registrado previamente por LG. La International Trade Commission está en proceso de decisión, pero el americano no es el único territorio en que se desarrolla la contienda.

LG también pidió paralizar la distribución de PS3 en el viejo continente, algo que habría conseguido al menos durante los próximos 10 días. Un juzgado de La Haya ha dado la razón a la compañía coreana, ordenando que ninguna consola entre en Europa hasta nuevo aviso.

Como leemos en Gizmología, unas 100.000 máquinas semanales dejarán de entregarse a mayoristas, situación que de alargarse en exceso podría costar caro a Sony. El único consuelo que le queda a los nipones es que pueden seguir comercializando los sistemas ya en el mercado, que no son pocos precisamente.

Pero ¿qué pasaría si de repente la demanda creciese hasta el punto de no poder satisfacerse, mientras miles de Playstation 3 quedan retenidas en las aduanas?

The Guardian acaba de confirmar hace unos minutos que la consola ha comenzado a retenerse en las aduanas de Rotterdam y Amsterdam, principales vías de entrada a Europa.

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