1. Kwang Jing-Shu, un médico chino, debe ir a atender un extraño caso. Un niño infectado con un mal desconocido, parecido a la rabia. Decide alertar a las autoridades, quienes guardan silencio al respecto. El secreto queda resguardado detrás de la Gran Muralla. Años después, Jurgen Warmbrunn, agente del Mossad, comienza a atar los cabos. Algo está mal. Recibe reportes de diferentes casos alrededor del mundo, inconexos entre sí. Brotes de una "rabia africana" en los barrios pobres de Ciudad del Cabo, una masacre sangrienta en un hospital en Brasil. Semanas después, Saladin Kader, un joven palestino, escucha que Israel ha decidido abrirles sus fronteras para protegerse de una rara enfermedad.

  2. La "rabia africana" comienza a aparecer en territorio estadounidense. La gente, alarmada, corre a las tiendas a comprar la nueva vacuna. En la TV aparecen personas que aseguran haberse curado tras la toma. El gobierno emprende una campaña de concienciación, esperando que el pánico pase pronto. En la Casa Blanca, llega una copia del reporte Warmbrunn-Knight, que termina sepultado bajo una pila de otros documentos, sin que nadie le preste atención. Nadie, hasta que una tarde, en los suburbios, Mary Jo Miller descubre aterrada como los muertos vivientes invaden su vecindario.

World War Z: An Oral History of the Zombie War es la novela total sobre el género zombi. Narrada a través de entrevistas, Max Brooks nos ofrece una serie de testimoniales sobre el inicio, apogeo y desenlace de la guerra más grande jamás librada por la Humanidad. Este reporte --una especie de memoria para la posteridad-- sirve para ilustrar las experiencias ante el asedio de una pandemia implacable. Un libro sobre aciertos y errores del ser humano ante la devastación, lo inimaginable.

World War Z es, además, un deleite de conocimiento geopolítico. Así, presenciamos cómo el mundo cambia ante nuestros propios ojos. Cuba se convierte en la potencia de América, los habitantes de Corea del Norte desaparecen de la faz de la Tierra y Rusia termina convirtiéndose en un imperio religioso. Las tácticas de guerra han quedado obsoletas ante un enemigo acéfalo que depreda como un virus. Pero el hombre sabe resurgir de sus cenizas -- aunque para lograrlo tenga sacrificar un pedazo de su humanidad.

  1. Hay alboroto. Los políticos hablan de resistencia, de suministros, de aguante. La Conferencia Internacional de las Naciones Unidas, celebrada en Honolulu, es un absoluto desorden. Entonces alguien habla. Ernesto Olguin, junto con tantos representantes del mundo, escuchan con atención. Se hace el silencio. Entre la incertidumbre, las manos se elevan. Guerra total contra los zombis. Ése es el veredicto.

  2. Sentados en sus trincheras, los soldados esperan. El aire de la ciudad de Hope, Texas, se satura con un ensordecedor gemido. Todd Wainio ha escuchado que los generales eligieron ese sitio para el contraataque por sus características. Él sabe que, en el fondo, es probable que el sentimentalismo del nombre haya sido la razón. Con su lobotomizador en mano, se prepara. Suda. "Que no pase lo de Yonkers", piensa, antes de volar la primera sesera. No queda espacio para la duda, el titubeo o el miedo paralizante. Hay un mundo perdido --el nuestro-- por recuperar.

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