Cuando pensamos en el nacimiento de Twitter, son tres nombres los que nos vienen directo a la cabeza: Evan Williams, Biz Stone y Jack Dorsey. Sin embargo, toda gran empresa tecnológica tiene esa dosis de intriga, traición y drama que tanto nos encanta escarbar. Es ampliamente conocida la historia oficial de Twitter. Evan Williams y Biz Stone, ex trabajadores de Google, inició una plataforma de podcasting llamada Odeo. Con el lanzamiento de Apple, su servicio quedó inservible, por lo que decidieron sacar otro proyecto, al que sumaron a Jack Dorsey. Los inversionistas de Odeo no creyeron en Twitter, así que Williams tuvo que comprar todas sus acciones. El resto ya lo conocemos. O eso creemos.

De acuerdo con algunos de los inversionistas de ese tiempo, Odeo inició en el departamento de Noah Glass. El programador había desarrollado un software que convertía un mensaje de voz en un MP3 alojado en Internet. El proyecto captó la atención de Evan Williams, quien se involucró a tal grado que mudó las oficinas del departamento de Glass al suyo. Después de todo, Evan le había vendido Blogger a Google, por lo que se compró una casa nueva y adecuó su vieja residencia para Odeo. A pesar de que Williams era el más interesado, todos veían a la plataforma como un proyecto de Noah.

Tiempo después, Odeo se movió a otra oficina y empezó a contratar gente, entre ellos, a Jack Dorsey, un arquitecto de software; y a un ingeniero, Blaine Cook. Con este movimiento, Williams también se convirtió en el CEO de Odeo. No obstante, en otoño de 2005, Apple anunció iTunes, por lo que la empresa recibió una estocada mortal. Por esta razón, los empleados decidieron hacer grupos de trabajo para determinar cuál sería el siguiente rumbo que tomaría la compañía.

A Noah Glass le tocó colaborar con Jack Dorsey, quien tenía la idea de desarrollar un servicio relacionado con lo que la gente hacía en determinado momento. A Glass le fascinó, por lo que en febrero de 2006, ambos presentaron al resto de la compañía su visión: mandar un mensaje de texto a un número móvil que lo publicaría con el resto de los contactos. Había nacido Twttr, la versión primigenia. De hecho, fue Noah quien creó el nombre, que eventualmente se convertiría en Twitter.

Tras la presentación, Evan estaba escéptico; no obstante, nombró a Glass como capitán del equipo de trabajo, quien recibía la ayuda ocasional de Biz Stone. Si bien todos reconocen que Twitter nació de la mente de Jack Dorsey --producto de unos bocetos que hizo años antes de entrar a Odeo-- también coinciden en que Noah era el más apasionado por el trabajo. Era tal su energía que le llamaban "el líder espiritual de Twitter".

Stone y Williams no estaban tan involucrados como Dorsey y Glass. Incluso, Twitter corría en la computadora de Noah, una IBM Thinkpad. En verano de 2006, recibieron la cobertura de TechCrunch, la cual popularizó un poco el servicio. No obstante, fue hasta que un pequeño temblor en San Francisco ayudó a esparcir la palabra entre inversionistas y compañías. Mientras Twitter comenzaba a despuntar, Odeo no iba para ninguna parte. "Se sentía como trabajar para dos compañías", mencionó Blaine Cook.

Entonces vino la jugada magistral de Evan Williams. Se juntó con los inversionistas de Odeo para decirles que la empresa no iba hacia ninguna parte, por lo que se ofreció a comprar sus acciones. Para ese momento, Twitter sólo contaba con cinco mil usuarios registrados. Así, Evan desembolsó cinco millones de dólares para hacerse del control de ese capital. Hoy en día, la empresa está tasada en cinco mil millones de billetes verdes.

Muchos inversionistas se sintieron defraudados, otros tantos sospechan de Williams. Aún así, reconocen que Evan puso mucho en juego, pues aunque él supiera del potencial de su servicio, era difícil prever tanto crecimiento. Aún así, sobrevive la duda sobre cuánta información tenía Williams para tomar esa decisión. A Evan lo perseguía la mala reputación de hacerse de enemigos en los negocios, pues se especulaba que nunca compensó apropiadamente a sus trabajadores tras la venta de Blogger.

Tras la compra de Twitter, Williams determinó despedir a Noah Glass, quien era considerado como una pieza fundamental del servicio. ¿Por qué? Al parecer, se trataba de un choque de personalidades. Mientras Evan es descrito como silencioso y calculador, Noah es volátil y explosivo. Sin embargo, a Williams no le agradaban las intenciones de Glass de convertirse en CEO y dirigir a la empresa como si fuera suya. Al final, lo que inclinó la balanza fue el dinero. El que controla las acciones manda.**

Lo que es cierto es que Glass nunca ha recibido el reconocimiento que merece. El distanciamiento entre él y Williams es más que evidente. ¿Que ha hecho Evan al respecto? Responder que, sin Noah, no tendrían un nombre tan brillante. Y nada más.

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