Era de esperar que la competencia sacase partido a la caída de PlayStation Network. No se trata simplemente de la imposibilidad de juego online. Muchos usuarios han perdido la confianza hacia una compañía que se ha demostrado incapaz de lidiar con semejante crisis, furibundos por su lenta respuesta y las dubitativas decisiones posteriores.

En estos momentos Sony parece haber agarrado al toro por los cuernos, dispuesta de una vez por todas no sólo a dar con los responsables (recompensa mediante incluso) sino también garantizar que su nueva infraestructura quede sellada a prueba de bombas, ya provengan de Anonymous o cualquier otro hacker dispuesto a defenestrar nuevamente el servicio.

Toca hablar pues de Microsoft y cómo está consiguiendo incrementar notoriamente las ventas de su sistema. Aunque no han transcendido cifras oficiales, numerosos canales aseguran que la distribución de Xbox 360 ha alcanzado cotas cercanas al boom comercial que incentivó Kinect. No son pocos los usuarios que, a dos semanas vista del apagón de PSN y con prácticamente un mes más a sumar por delante, han terminado optando por una consola bastante atractiva por precio.

Ya durante el peliagudo asunto de la retención cautelar distributiva por infracción de patentes a LG, los de Redmond decidieron rebajar provisionalmente su máquina, consiguiendo excelentes resultados. Ahora, amparados en la probada estabilidad de su juego online, están consiguiendo un nuevo espaldarazo comercial que no se detendría hasta que Sony solvente la cuestión de una vez por todas.

Los analistas se encuentran igualmente perplejos: pintaba un año excelente para Playstation 3 gracias a un catálogo de exclusivas capaz de ningunear al de Xbox 360. Las estadísticas comenzaban a reflejar la inminente supremacía del sistema de Sony en ventas HD a nivel global y las previsiones a reforzar la tendencia de aquí a finales de generación. Todo ha cambiado. El desplome de acciones y el alarmismo mediático han minado la credibilidad de PS3 y hay quien vaticina incluso la presentación testimonial de su sucesora durante el próximo E3, como golpe de efecto que soterre la situación.

Hasta tal punto es alargada la sombra de PSN, que también está afectando al posicionamiento de PS3 en medios especializados. La mayoría de publicaciones se ven obligadas a postergar análisis en sus versiones para la máquina, no pudiendo enjuiciar su rendimiento online. Ésto se antoja especialmente preocupante en el caso de novedades como Brink, esperadísimo shooter que basa un 80% de su gameplay en tal modalidad.

Editoras como Capcom, por su parte, protestan por los millones de dólares que están perdiendo con la suspensión, llegando a declarar que éstos ya estaban prácticamente destinados al desarrollo de nuevos títulos.

El recurrente debate sobre servicios en red gratuitos o de pago que se abrió entre usuarios de Xbox Live y PlayStation Network retorna con más viveza que nunca, sólo que ahora los primeros miran al resto por encima del hombro. ¿Tendrán algo que ver las cuotas de XBL con su hasta la presente invulnerabilidad o es que simplemente a ningún pirata le ha dado todavía por fastidiar a Microsoft?

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