Un día, caminando por la calle, descubres que han abierto una tienda Apple en el vecindario. Decisión rara, pues la zona no parece la ideal para montar uno de estos negocios. Entra a ese flamante mundo blanco, repleto de iPads, iPods, MacBooks y demás productos de la marca. Todo parece normal, pero descubres un par de irregularidades. Miras con detenimientos las paredes, las escaleras, la gente. El montaje es perfecto para el ojo no entrenado. En realidad, estás dentro de una gran imitación. Y las personas que trabajan ahí, tan sonrientes y atentas, no lo saben.

Eso le ocurrió a Bird, una chica de 27 años que vive en Kunming, un poblado al sur de China. En su blog personal, relata la experiencia que tuvo al encontrarse una tienda falsa de Apple. La autora inicia contextualizando la situación: Kumming está en constante renovación; una reconstrucción tan acelerada que un lugar puede aparecer y desaparecer en cuestión de días. Parte de este desarrollo económico de la zona pasa por la entrada de cadenas occidentales como Starbucks. Así, un buen día se topó con la apertura de una Apple Store.

Sorprendida por el hallazgo, entró con su esposo. Indecisos sobre la veracidad de la tienda, el matrimonio decidió apostar sobre si era real o no. Bird sacó una muy buena galería de fotos --la cual incluyo al final del post-- para recabar la evidencia. Después de examinar los detalles, encontró que el acabado de las paredes era malo, que las escaleras no estaban bien hechas y que las etiquetas de los empleados sólo decían staff en lugar del nombre del trabajador. Otra situación que le llamó la atención fue que el anuncio de la entrada traía la leyenda "Apple Store", en lugar de sólo emplear el logotipo de la compañía. Sobre los productos, aparentemente son originales, pues la autora no denuncia nada al respecto.

Para corroborar, decidió buscar en la lista de tiendas oficiales de Apple. Kunming no aparecía dentro de las sedes (únicamente hay en Shangái y Pekín). Regresó para seguir investigando y descubrió que los empleados de la Apple Store apócrifa creen que están trabajando para una real. Los trabajadores ignoran que, en realidad, el local es una copia. La sorpresa de Bird fue mayor cuando, al dar un recorrido por la zona, descubrió que había dos tiendas falsas más a la redonda.

Ahora se ha hecho público, me pregunto si la empresa de Steve Jobs hará algo al respecto --sobre todo, siendo tan quisquillosa con el tema del plagio--. Pero más aún, me inquieta saber cuántas tiendas de este tipo puede haber en todo el mundo. No sé, pero algo me dice que no es un caso aislado o endémico de China, sino que en varios países en desarrollo (¿cuántas en América Latina?) deben haber otras imitaciones como las de Kunming --y quizá, muchos clientes y trabajadores sonrientes inadvertidos de la situación--.

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