Tanto como decir que es un sistema "desconocido" no, no lo es del todo. Barrelfish lleva algunos años por ahí en desarrollo --desde 2007--, así que es más cierto decir "casi desconocido" en los medios y "reconocido" en los círculos académicos. En fin, el punto aquí es que Barrelfish es un sistema operativo experimental de código abierto --tiene licencia MIT que prometen mantener así-- desarrollado por Microsoft Research en conjunto con el ETH en Zurich. Por supuesto, el código fuente está disponible en un repositorio público. Y como verán a continuación, futurista sí que lo es.

Sucede que a diferencia de los sistemas operativos convencionales diseñados/compilados para correr sobre una familia de procesadores específica, Barrelfish lo hace sobre arquitecturas heterogéneas. Esto es, por ejemplo, que pude ser ejecutado para administrar los recursos de un equipo con una mezcla de procesadores ARM y x86-64, o bien alguna otra combinación de procesadores tan poco convencionales como el de 48 cores desarrollado por Intel, XScale y BeeHive --pequeña supercomputadora compuesta de varios FPGA--.

Una de las primeras preguntas que uno se haría es ¿qué diferencias hay entre Barrelfish y Linux? La respuesta está en _The Multikernel: A new OS architecture for scalable multicore systems_, artículo científico publicado en 2009. Allí se explican con todo detalle las capacidades de Barrelfish en comparación con Linux --y Windows, claro--, de como Barrelfish posee un diseño optimizado para la heterogeneidad y paralelismo que caracterizarán la computación en unos años.

Barrelfish es una prueba de concepto y, dicen sus creadores, el medio para explorar los sistemas operativos del futuro, uno donde los equipos escalarán en cantidad de procesadores, donde el paralelismo debe estar presente en cada capa del sistema. Barrefish trata a la máquina como

una red de cores independientes [...] y traslada la funcionalidad tradicional de un sistema operativo hacia un sistema distribuido de procesos que se comunican con el paso de mensajes.

Imaginemos un porvenir con equipos de sistemas de archivos paralelizados, de alto desempeño, memoria distribuida, decenas de cores: en suma, una pequeña supercomputadora en cada hogar. Hacia allá mira Barrelfish, un escenario factible a decir de la aceleración en las prestaciones del hardware que vemos hoy en día. La Ley de Moore, esa que dice que cada 18 meses aproximadamente se dobla la velocidad de los procesadores, está alcanzando sus límites físicos. Así que una forma de seguir avanzando en velocidad es aumentando la cantidad de CPU. Éste es el camino.

De Microsoft se pueden decir muchas cosas, echar risas a expensas de sus directivos y tecnologías, es parte de cierta cultura tecnológica. Pero de Microsoft Research, no podemos hacer sino alabanzas, con científicos e investigaciones del más alto nivel repartidos alrededor del mundo.

Un dato curioso para terminar: el servidor web del proyecto corre sobre Barrelfish.

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