Aaron Swartz: 24 años, nativo digital, activista del acceso a la información y la creación de políticas públicas coherentes con la sociedad de la información y el internet, co-fundador de Reddit, uno de los desarrolladores del RSS y además, una mente brillante de nuestra generación, fue arrestado el día de hoy bajo cargos de crímenes informáticos por haber obtenido ilegalmente millones de documentos académicos de JSTOR a través de las redes del MIT.

Swartz es acusado de haber utilizado un script para descargar más de 4 millones de documentos académicos, reseñas y publicaciones protegidos con copyright en septiembre del 2010, y de acuerdo a la denuncia, para compartirlos en otros sitios de file-sharing, aunque no existe evidencia de esto.

Según el comunicado de JSTOR, cuando se percataron de la actividad inusual del usuario ghost (que terminó en que se bloqueará el acceso a todo el campus de MIT), se aseguraron de que Swartz no distribuyera este material y ”recibió confirmación de que el contenido no fue ni iba a ser usado, copiado, transferido o distribuído”.

El comunicado finaliza dejando claro que JSTOR no pidió la persecución criminal de Swartz, sino que ha sido conducida por el gobierno de Estados Unidos, bajo el argumento de que se violó la política de Términos de Uso (ToS=terms of service) de estos sitios, incurriendo así en crímenes y fraudes relacionados con computadoras.. (Sentencia completa del caso)

JSTOR, sin duda, es un valioso repositorio de documentos, tal vez por eso es que sus usuarios comparten passwords de acceso y documentos que ahí se encuentran con los menos provilegiados que no tienen acceso. A pesar de que la base de datos es pública, se necesita suscripción para acceder a esta increíble y útil información.

Nadie en su sano juicio puede alegar que es un crimen liberar información académica para que más gente tenga acceso a ella. No es nueva la discusión en torno a la contradicción que existe en la publicación de investigaciones y publicaciones académicas de forma exclusiva, como lo hacen la mayoría de los sitios dedicados a este negocio. Porque es un negocio basado en el conocimiento, que yo y muchos, creemos no debería ser limitado. La idea del acceso libre a la información es determinante para subsanar la corrupción que rige a los gobiernos de todo el mundo, pero además, es necesario acabar con la medieval dinámica de los cadeneros del conocimiento.

Aaron ha luchado por acabar con esta dinámica, por eso, hoy enfrenta 35 años de cárcel y 1 millón de doláres de multa. Aunque se reporta que él mismo se entregó y fue liberado bajo fianza provisional de 100 mil doláres.

La privatización y control de conocimiento e información de interés público es precisamente uno de los peores modelos de negocio que el copyright incentiva, además de crear una dinámica en la cual el acceso a esta información, es un privilegio de solo unos cuantos. Y con privilegio me refiero a que acceder a JSTOR cuesta cincuenta mil doláres y eso si como universidad se contrata la suscripción.

Este caso no es acerca de copyright técnicamente, ya que de hecho la sentencia es clara acerca de los cargos bajo crímentes informáticos, sin embargo la juez del caso, en el estilo de Teddy Bautista o la RIAA, afirmó:

Robar es robar, ya sea utilizando una línea de comando o un tubo, y ya sean documentos, datos o doláres.

No estoy de acuerdo, especialmente, porque la juez no tomó en consideración la razón por la cuál actúo Swaartz y mucho menos que robar no es copiar. Los documentos siguen en JSTOR. Yo no soy abogada pero sí se que estas declaraciones son lo que se conoce como brecha cognitiva y son el resultado de años de ignorancia y manipulación del discurso en torno a la copia y el acto de compartir información, aunque sea sin fines de lucro.

Alertas de emergencia ante la escalada a la guerra contra nuestro derecho a compartir conocimiento e información, contra el uso de la tecnología para ampliar sus fronteras, cuestionarlas y amplificar los beneficios que brinda la información las hay a diario.

¿Qué se necesita para que se detenga esta insostenible situación que no beneficia a nadie? Criminalizar sin sentido a la juventud solo producirá más radicalización. Y no tenemos que esperar mucho para ver los efectos, ahí tenemos a Anonymous y LulzSec.

La sociedad y en especial, los nativos digitales con un compromiso cívico como Swartz, entienden muy bien que el futuro de una sociedad abierta se encuentra en el internet y la información libre, pero sobre todo, en hacerla accesible, lo cual es imposible si no se comparte, es decir, se copia.

La pregunta que debemos hacernos para empezar con esta discusión es ¿por qué JSTOR es un espacio cerrado y exclusivo de conocimiento? La respuesta es simple:alguien paga la producción de este conocimiento. Las publicaciones académicas, se utilizan no solo para enseñar materias o analizar casos de estudio, muchas veces estas opiniones son las que se utilizan para justificar conceptualmente ciertas políticas públicas e impulsar agendas de tal o cual industria. No por eso vemos en muchas ocasiones a profesores expertos haciendo declaraciones surreales para defender lo indefendible..

Casualmente, Aaron se ha dedicado como parte de su labor de becario del Centro de Ética y Corrupción Institucional de Harvard a analizar el origen del financiamiento de publicaciones académicas. La razón es simple: uno de los temas predilectos de Swartz es la influencia del dinero para corromper instituciones, incluyendo ONGs, los medios, la política y la opinión pública.

Los resultados de su investigación fueron publicados en Standford Law Review, aunque al momento de esta publicación, el enlace al artículo se encuentra fuera de línea.

Esto fue la dosis de terror del día, cortesía de todos aquellos que le temen a una sociedad informada, activa, dispuesta a defender su derecho a compartir y cambiar las reglas que ya no sirven.

En el 2008 Swartz escribió el Manifiesto Guerrilla del Acceso Abierto:

No hay justicia con leyes injustas. En la gran tradición de la desobediencia civil, declaremos nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública. Tenemos que descargar publicaciones científicas y subirlas a redes de file-sharing.

No podría estar más de acuerdo, y además, como dice Aaron:

Todo funciona haciendo copias, no lo van a poder detener.

 

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