¿Es esto legal? Esta misma pregunta se hacen los británicos tras la noticia que ha saltado en las últimas horas. Al parecer, el gobierno de Cameron ha pedido a dos agencias de inteligencia del país (encargadas de descifrar información en la red) a trabajar en torno a los problemas de los mensajes del servicio de Blackberry Messenger y los motines a través de las redes sociales con el fin de ayudar a la policía en las investigaciones. Es decir, que el gobierno del Reino Unido podría ampararse en las leyes antiterroristas para llevar a cabo la vigilancia y rastreo con el que la privacidad de los usuarios queda en el aire.

Conocida como MI5 en el país, la agencia destinaba hasta ahora sus servicios a la búsqueda y captura de terrorismo internacional inspirados en Al Qaeda tras los atentados en Estados Unidos. La medida representa un cambio "oficial" de la agencia de seguridad más importante en el país, ya que su trabajo estaba enfocado a las posibles amenazas terroristas y el espionaje.

Según ha podido saber el diario The Guardian a través de un funcionario, las agencias "podrían tener el derecho legal a perseguir cualquier delincuente o sospechoso de estar involucrado en un crimen".

Según el diario, el gobierno ha llamado al MI5 para que colabore junto al centro GCHQ en la red. Comenzaría así un rastreo en las redes cuya función principal será descifrar los chats que se han realizado desde BBM así como el rastreo de las redes sociales.

No está nada claro que finalmente se puedan llevar a cabo tales acciones, ya que el alto nivel de cifrado de BBM, utilizando un sistema de PIN protegido para la mensajería instantánea, al menos en principio, sólo puede ser accesible a los usuarios de Blackberry con sus claves personales.

Se espera que con esta colaboración se consigan nombres y datos de los motines bajo un esquema de organización:

  • Desde el centro del GCHQ los dispositivos de escucha podrán a partir de ahora recoger los mensajes de audio y las comunicaciones a través de BBM.

  • El MI5 pasará entonces a identificar a los propietarios con la ayuda de las empresas de telefonía y los proveedores de servicios en Internet.

  • A partir de ahí, las agencias pasarán a interceptar los mensajes electrónicos y los teléfonos, a identificar desde donde han sido enviados. Hasta este punto podrían llegar los esfuerzos de esta nueva colaboración.

Hay que aclarar que para que se llegue a estas intercepciones en las comunicaciones en el Reino Unido es obligatorio que exista un orden firmada por los ministros. La Ley de Servicios de Inteligencia tipificada en 1994 habla de estas funciones permitidas a GCHQ, donde se especifica que podrían actuar "en apoyo a la prevención o detección de delitos graves". Para el MI5 en cambio, sus actuaciones estarían limitadas a las "actividades de extremistas que representan una amenaza para el orden público".

Lo que tenemos delante es la confirmación de las palabras Cameron hace unos días. En ese momento dejó en el aire la posibilidad de un mayor "refuerzo" en el espacio digital para evitar los disturbios que acontecían. "Necesitamos un trabajo importante para asegurarnos de que la policía tiene todas las capacidades tecnológicas que necesitan para cazar y vencer a los criminales", llegó a decir Cameron.

Las palabras de Cameron unidas a la cláusula de la Ley de Protección de Datos, la cual permite a RIM revelar los nombres, contactos e incluso horarios de los usos entre los usuarios de BBM, darían como resultado la activación de este nuevo estado policial en la red. Es decir, se vigilan las redes en el país amparados en las normas que se crearon para la vigilancia del terrorismo internacional. Habría que preguntarse si vale la pena la exposición y el rastreo de la información confidencial de los usuarios, de su privacidad, para erradicar los disturbios en el país.

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