Hace unas horas saltaba la noticia de un accidente en las instalaciones nucleares de Marcoule al sur de Francia. Tres heridos, un muerto y nuevamente toda clase de especulaciones, miedos y conjeturas basadas en supuestos con relación a la seguridad de este tipo de plantas.

Inmediatamente saltan las comparaciones con Fukushima, dos plantas nucleares con accidentes inesperados en un espacio de tiempo relativamente reducido. Pero los accidentes no tienen relación alguna. La Autôrité de Sûreté Nucleaire (ASN), el organismo público que regula la seguridad de este tipo de instalaciones en Francia ha emitido un comunicado oficial que explica lo sucedido.

La explosión en cuestión sucedió en un horno de fusión de metales de baja y muy baja intensidad del Centro de Tratamiento y Acondicionamiento de Residuos de Baja Actividad (CENTRACO) cerca de las instalaciones nucleares. No se han producido emisiones radiactivas al exterior. Esta instalación se dedica al tratamiento de residuos radioactivos de poca o muy poca intensidad Para entender qué constituye este tipo de materiales u objetos, generalmente se refiere a cosas como herramientas, trajes protectores expuestos a radiaciones o cosas como material médico de diagnóstico que usa radiofrecuencias.

Además, el accidente sucedió en una zona de muy poca actividad que no tienen relación alguna con reactores nucleares o bombas atómicas. Por lo tanto no hay comparación y no hay relación alguna con lo sucedido en Fukushima.

Recordar también que en Marcoule está únicamente el reactor Célestin, utilizado para la producción de tritio (de uso militar). Tres reactores que operaban en la misma zona para generación de electricidad fueron cerrados en 1968, 1980 y 1984 según comentan en Microsiervos.

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