En la serie Eureka, que se encuentra emitiendo la segunda parte de su cuarta temporada, los personajes están preparando una misión espacial que les llevará a Titán. Y no sólo Eureka especula sobre un posible viaje a Titán, este satélite ha llamado poderosamente la atención de los creadores de ciencia ficción desde los años cincuenta.

Robert A. Heinlein escribió en 1951 The Puppet Masters cuya acción se sitúa en Titán, al igual que la historia corta de Asimov First Law. La novela de John Varley Titan de 1979 se centraba en una expedición a las lunas de Saturno. La película Gattaca también tenía como telón de fondo una misión espacial que debía partir hacia el satélite y Star Trek (2009) podemos disfrutar de una grandiosa escena en su entorno.

¿Por qué fascina tanto esta lejana luna? Posiblemente la razón sea que es uno de los pocos entornos del Sistema Solar que puedan poseer vida. Desde que la misión espacial Cassini/Huygens llegó al satélite en 2005 muchos son los datos que se han recogido sobre Titán. Existen evidencias químicas que apoyan la afirmación de que allí hay vida, alguna forma de vida de tamaño microbiano basada en el metano y que usa el hidrógeno del mismo modo que nosotros usamos el oxígeno.

La misión espacial recogió datos en los que se mostraba una ausencia notable de gases. Faltan hidrógeno y acetileno, así pues se especula que esos gases están siendo consumidos pero no se sabe cómo. La explicación que dan algunos estudiosos es la presencia de vida en Titán. Además son los dos elementos necesarios para una forma de vida basada en el metano. Si se confirma la existencia de vida en Titán la hipótesis de la Tierra Especial sería echada por tierra, valga la redundancia. El universo podría estar plagado de vida y de razas en diferentes estadios evolutivos, una perspectiva que abre un amplio abanico de posibilidades. Si la vida basada en el metano fuese una realidad nos encontraríamos con seres nunca antes vistos ni imaginados.

Titán posee una atmósfera compuesta mayormente de nitrógeno (94%) y rica en metano. Su composición química y sus temperaturas propician que su superficie sea similar a la de la Tierra en el pasado. Por eso muchos estudios sobre la viabilidad de vida en el espacio o la posibilidad de crear asentamientos permanentes fuera de nuestro planeta se centran en él. Aunque sus mares helados de metano y sus temperaturas cercanas a los 180 grados bajo cero no parecen muy apetecibles. Titán posee ríos, llueve, tiene paisajes similares a los de nuestro planeta y hay estaciones. Al satélite sólo llega el 10% de la luz solar que llega a la tierra.

Aún es pronto para especular, de todos modos yo esperaría varios millones de años para trasladarme a Titán. Cuando el Sol se convierta en supernova y arrase con nuestro planeta, Titán se calentará lo suficiente como para que la vida sea mucho más agradable.

Foto: The Cosmos News / NASA

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