Los hay grandes y luego mucho más grandes. Los primeros se llaman agujeros negros y los segundos agujeros negros supermasivos, aquellos que tienen una masa del orden de millones o miles de millones de masas solares, lo que provoca un campo gravitatorio tal que nada puede evitar ser engullido por ellos. Ambos tipos son muy complicados de localizar en el vasto Universo, pero gracias a los telescopios de alta tecnología -por ejemplo el Hubble- cada vez se nos resisten menos y para muestra un botón: investigadores de la Universidad de California en Berkeley han descubierto los dos agujeros negros supermasivos más grandes conocidos hasta la fecha.

El primero de ellos se encuentra en la galaxia NGC 3842, situada a unos 320 millones de años luz de la Tierra, el segundo en la NGC 4889, a aproximadamente 330 millones de años luz, y desde hacía tiempo -como ocurriera con el corazón supermasivo de la Vía Láctea- se sospechaba de su existencia, pero nadie imaginaba que estas galaxias albergaran dos agujeros de semejante tamaño.

Concretamente el de NGC 3842 tiene una masa equivalente a la de 9.700 millones de soles y el de NGC 4889 es igual o puede que incluso mayor. Para que os hagáis una idea, el agujero negro más grande que habíamos conseguido detectar antes de dar con estos era el de la galaxia Messier 87 que tiene una masa del orden de 6.300 millones de estrellas.

Aunque el descubrimiento es importante -se ha logrado utilizando observaciones del telescopio espacial Hubble en combinación con las obtenidas por los telescopios terrestres Gemini y Keck II- realmente no estamos ante nada revolucionario ya que a estas alturas está bastante claro que los agujeros negros abundan en el Universo y que todas las grandes galaxias auspician en su interior agujeros negros supermasivos.

Pero aunque no sea revolucionario, tener datos de dos monstruos como estos permitirá a la comunidad científica avanzar en la compresión del cosmos, desde cómo se forman y evolucionan las galaxias hasta entender mejor la complicada naturaleza de los agujeros negros. Por ejemplo ya sabemos que los agujeros negros de escala normal son producto de la muerte de una gigante roja que con el tiempo se convierte en enana blanca hasta que colapsa pudiendo dar lugar al nacimiento de un nuevo agujero negro, pero aún no está nada claro cómo se forman y sustentan exactamente los agujeros de masa en torno a los 10.000 millones de soles.

Así que otro pasito más en el laborioso y complicado trabajo de resolver las muchas dudas que aún quedan alrededor de estos misteriosos fenómenos del Universo.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: