A pocos días del post donde se discutía el proyecto biométrico propuesto por el gobierno argentino, nos encontramos con esta noticia relacionada con la tarjeta SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico para medios de transporte dentro del área metropolitana de Buenos Aires). Según el sitio Segu-Info que publica información sobre seguridad informática Anonymus habría hackeado servidores del sistema develando datos privados que incluyen rutas, recargas y horarios de pasajeros con nombre y apellido.

La tarjeta está actualmente en discusión por medios y algunos usuarios principalmente debido al intenso empuje que está recibiendo por parte del Gobierno Nacional. A través de la quita de subsidios al uso efectivo y al rechazo de beneficios a otros medios digitales (como Monedero y Subtepass), la tarjeta SUBE es impuesta como único medio para viajar con tarifa reducida pasado el 10 de febrero cuando se incremente el costo del pasaje de colectivos. Gracias a esto, en los últimos días se ha visto repetidamente usuarios haciendo colas interminables (como la que se ve en la foto) para solicitar su tarjeta. El trámite requiere presentar Documento Nacional de Identidad y completar un formulario, lleva aproximadamente 5 minutos y se está haciendo en más de 600 puntos.

El secretario de transporte, Juan Pablo Schiavi declaró:

Es importante que todos seamos parte de este sistema que apunta a la facilidad, equidad y donde el Estado pueda controla mucho más los recursos que gasta en el transporte público de pasajeros

En medio de este delirio por las tarjetas SUBE, los usuarios se veían sorprendidos por ver toda la información de sus viajes accesible fácilmente por su web y sospechaban lo que ayer publicó Anonymous: la información es almacenada en base de datos del gobierno con total lujo de detalles y muy baja protección.

En todo el mundo existe un avance del control del estado sobre la poblacion. Con excusas como al lucha contra la pirateria, la lucha contra el terrorismo y la proteccion de la economia se derogan derechos.

En Argentina a diario se observan problemáticas por cuestiones de control por parte del estado. Camaras en la calle cada dos cuadras, edificios y patrulleros, la creacion de una base de datos con informacion biometrica de cada ciudadano desde que nace y el rastreo de sus movimientos.

El proyecto de monedero virtual (SUBE) impuesto por el gobierno Argentino exige identificación por DNI cuando no es necesaria y luego rastrea cada uso de esta tarjeta, creando una base de datos del ir y venir de cada ciudadano.

Como si este sistema de monitoreo de la poblacion y la existencia de esta base de datos sensibles signos de una sociedad de control no fueran suficientes, los datos estan practicamente al alcance de cualquiera.

La incompetencia y el desinterés demostrado a la hora de manejar nuestra información privada es tal que anonymous considera que NO se les puede confiar esta información.

Convocamos a todos a que hagan circular esta información para comunicar a la gente sobre el peligro de este sistema y cambiarlo para que no afecte la privacidad de los ciudadanos.

No se dejen controlar, no consuman la información que les venden. Infórmense por sus propios medios, el conocimiento y la información objetiva es la única manera de lograr un mundo más justo.

Exigimos que las tarjetas SUBE sean anónimas Somos Anonymous. Somos legión. No perdonamos. No olvidamos. Esperénnos. Anons.ar

Quien dice MIL dice UN MILLON o TODAS

La organización civil Vía Libre, que se había manifestado recientemente contra el proyecto biométrico, también lo hizo sobre el sistema de pago electrónico de transporte controlado por el gobierno:

La recolección por parte del Estado de los datos de transporte de todos los ciudadanos y su posterior guarda en una base de datos, es una medida abusiva e innecesaria que invade la privacidad y viola el derecho a la intimidad del que gozan los ciudadanos. [...] Teniendo en cuenta las experiencias dictatoriales que azotaron a Argentina hace nada más que 36 años, la pasada fragilidad institucional de los gobiernos democráticos latinoamericanos y las experiencias políticas predecesoras, el gobierno debería ser más responsable respecto de las políticas de recolección de datos que realiza actualmente. Sumado al SIBIOS, estas bases de datos constituyen enormes acervos de información que cualquier empresa y/o dictadura militar estaría más que dispuesta a utilizar con fines absolutamente diferentes para los que fueron recolectados.

El control como política de Estado excede con mucho el accionar y las ventajas o desventajas de un gobierno particular, y es por ello que debe manejarse con extremo cuidado la recolección abusiva de datos innecesarios. Estos sistemas de control deben encender alarmas de alerta para todos los ciudadanos, puesto que vulneran sus derechos civiles más elementales, como el derecho a la privacidad y a la intimidad.

Esta resolución responde a la línea del gobierno que busca centralizar la toma de decisiones, el manejo de información y el flujo de capital en todo el país. Entre las medidas que siguen esta línea se pueden enumerar varias. La decisión de reformular la generación del DNI y Pasaporte aún cuando esto significaba incurrir en costos excesivos, servicio que antes lo realizaba la Policía Federal Argentina. También anunciaron SIBIOS, la base de datos biométrica para ciudadanos Argentinos. Se adjudicaron el control de los fondos jubilatorios. Crearon un inestable y dudoso sistema para compra de dólares donde cada ciudadano es sometido a una aprobación informática. De manera similar se requiere aprobar las importaciones a través de la aduana, para ello hay que solicitarlo por un sistema que se implementó de manera apurada y sin proveer información adecuada a los comerciantes.

El caso de SUBE es un ejemplo de violación de los derechos de Protección de Datos Personales en la ley Argentina, asi sea por una implementación apresurada que no protege los datos o por una confusión sobre lo que significa la información privada en el pais, este sistema debe ser revisado. Según lo que se publica en el reclamo lo hacen pidiendo un medio de pago que sea anónimo, que no recolecte ninguna información de los pasajeros y que sea transparente.

Aún cuando no haya plan macabro detrás de todo esto y sólo se trate de incompetencia, es necesario sentar las bases sobre lo que queremos para nuestra información privada porque un descuido puede ser la puerta hacia nuevos métodos de vigilancia que revivan el duro pasado del país.

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