Mapa IBM

Desde que desarrolló el primer circuito integrado en 1959, los fabricantes de dispositivos electrónicos semiconductores se han enfrentado al reto de aumentar la escala de integración de los transistores que forman parte de los circuitos, es decir, disminuir el tamaño de los transistores y poder integrar, por tanto, más dispositivos en el mismo sustrato. De hecho, las mejoras en los procesos de fabricación abrieron la puerta al desarrollo de otros dispositivos, como los MEMS y los NEMS, que aunque no eran circuitos integrados se fabricaban de la misma manera. Un equipo de investigadores de IBM ha decidido demostrar hasta dónde han depurado sus procesos de fabricación y acaban de entrar en el Libro Guinness de los Records con el que es el mapa más pequeño jamás fabricado, un plano de la Tierra que mide 22 x 11 micras.

El equipo de expertos en nanotecnología de la sede de IBM en Zurich (Suiza) y en Almaden (California) ha desarrollado un mapa 3D de la Tierra de 22 x 11 micras, algo que han fabricado sobre un polímero y que, si lo comparamos con un grano de sal, necesitaríamos 1.000 copias de este mapa para poder formar un objeto del tamaño de un grano de sal.

¿Y qué perseguían al hacer un mapa tan pequeño? Está claro que no iban buscando el desarrollo de un mapa fácil de transportar, ni mucho menos. Según ha comentado el equipo de IBM, querían realizar una prueba que demostrase la capacidad de miniaturizar estructuras complejas y, por tanto, poder mostrar las mejoras desarrolladas en sus procesos de fabricación. De hecho, tras este desarrollo, el equipo considera que la técnica de fabricación desarrollada podría abrir un nuevo camino en la fabricación de objetos a escala nanométrica ya no solamente para la electrónica sino que también podrían aplicarse en otros campos como las ciencias de la salud o la opto-electrónica.

Para la fabricación de este mapa, el equipo utilizo un proceso muy similar al grabado que usaban los antiguos egipcios para los jeroglíficos de las pirámides puesto que, a modo de cincel, los investigadores utilizaron una punta de Silicio de un tamaño 100.000 veces inferior a la punta de un lápiz y con ella fueron realizando el grabado sobre el sustrato de polímero.

Además del mapa, el equipo de IBM también fabricó, utilizando el mismo método, una réplica de 25 nanómetros de altura del monte Matterhorn (o Cervino), una montaña situada en los Alpes, en la frontera de Suiza con Italia.

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