Hace días, Rusia lanzó la sonda espacial Fobos-Grunt con el objetivo de hacer llegar una nave a una de las lunas de Marte para recoger muestras en una misión que duraría un año. El cohete se lanzó pero, al final, resultó un fiasco porque la nave cayó a la Tierra el domingo por la noche, a unos 1.250 kilómetros al oeste de la isla de Wellington (al sur de Chile). Lógicamente, tras este fiasco las autoridades espaciales rusas y los responsables del proyecto tratan de analizar lo sucedido e identificar qué pudo ocasionar el fallo en la misión. Curiosamente, entre las teorías que se manejan, además de un fallo mecánico, Rusia barajaría la posibilidad de que una estación de radar estadounidense (situada en las Islas Marshall) hubiese sido la culpable del fiasco de la misión al interferir las comunicaciones del control de tierra ruso con la nave.

Aunque la historia pueda parecer sacada de un expediente de la Guerra Fría, ésta ha sido publicada por un diario ruso que cita a fuentes cercanas a la investigación (pero sin identificar). Según el diario Kommersant, el puesto de radar estadounidense habría interferido de manera no intencionada en las comunicaciones entre el control de tierra y la sonda espacial Fobos-Grunt, haciendo que se perdiese el control de ésta.

De hecho, todos los fragmentos de la nave que se han recogido serán trasladados a un laboratorio de Moscú para su estudio, según confirmó Jury Koptev, representante de la comisión estatal que dirige la investigación. Rusia aún no confirma ni desmiente nada pero Dmitri Rogosin, el representante de Rusia ante la OTAN, considera la teoría del radar estadounidense como una causa plausible:

En caso de que se corrobore habrá que ver las consecuencias técnológicas y políticas. [...] Sólo es una interpretación, tendremos el informe de investigación a finales de enero

Para Rusia son "sospechosos" los fracasos que han tenido en sus últimas misiones espaciales y no descartan ninguna teoría y, por tanto, podría ser posible que un agente extranjero hubiese interferido en sus comunicaciones. Según Vladimir Popovkin, el responsable de Roscosmos, la agencia espacial rusa, una interferencia externa podría ser la culpable:

No quiero acusar a nadie, pero hoy en día hay medios poderosos para afectar la trayectoria de la nave, y no podemos descartar que se han desplegado

¿Una avería, un fallo humano o una interferencia externa? Cualquiera de las tres causas podría ser posible y, de hecho, los incidentes anteriores fueron atribuidos a fallos humanos, precisamente por eso se esperaba que esta misión sirviese para lavar la imagen de la agencia espacial rusa con un éxito que sirviese para relanzar la industria aeroespacial del país. ¿Habrá sido un sabotaje intencionado o realmente una interferencia? La verdad es que el desenlace de esta comisión de investigación va a ser bastante interesante.

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