Esta es una de las ideas que salieron de la última Chaos Communication Congress que tuvo lugar hace una semana. Ante el profundo cambio que vive actualmente la red, con la posible aprobación de legislaciones que censurarán drásticamente el espacio digital, se anuncia el proyecto Hackerspace Global Grid. El lanzamiento de una "flota" de satélites fuera de la "órbita" de los esfuerzos actuales por ponerle barreras a la innovación.

Y es que aunque pueda sonar a ciencia ficción, en el pasado ya han existido proyectos similares. Un plan de llamadas para el envío de satélites caseros al espacio como parte de un red mundial con la ayuda de todos aquellos que quieran sumarse al proyecto. Un proyecto que incluiría una serie de estaciones terrestres de bajo costo con las que rastrear y comunicarse con los satélites.

Encabezados por el activista anti-censura Nick Farr, quien ha mostrado su preocupación por la ola de esfuerzos legislativos y gobiernos que tratan de interferir con las libertades en la red, la campaña por las contribuciones a la red habrían comenzado a principios del 2011.

Como decía al comienzo, este tipo de proyectos se han intentado en el pasado. El lanzamiento de satélites de comunicaciones se ha llevado a cabo por grupos de aficionados aunque la mayoría no han logrado el seguimiento de los dispositivos o bien muy pocos satélites han entrado en órbita por un breve espacio de tiempo.

La razón principal es la necesidad de una gran infraestructura económica detrás de este tipo de proyectos, la necesidad de respaldo de grandes empresas privadas u organismos públicos que lo apoyen y financien.

Farr espera que el plan funcione. El hombre y sus colegas prevén una red de estaciones terrestres de bajo costo para el seguimiento y comunicación con los satélites. Durante la conferencia comunicaron que se encontraban trabajando con Constellation, iniciativa de investigación aeroespacial alemana.

Si todo sale según lo previsto, Hackerspace Global Grid planea tener tres prototipos de estaciones en tierra de bajo costo para la primera mitad de este 2012. Estaciones que podrán ser compradas o construidas por particulares. El equipo planea vender los dispositivos sin ánimo de lucro a unos 100 euros por estación en tierra.

Veremos en qué acaba el proyecto. Muchos de los asistentes se mostraron reticentes a la idea. En parte porque se tiene la idea de que de alguna forma tumbarían la posibilidad de una red espacial paralela. Tal y como apunta el profesor Alan Woorward, de la Universidad de Surrey:

A pesar de que el espacio no se rige por los países sobre los que flota, cualquier país puede tomar la ley por sus propias manos y desactivar los satélites.

En cualquier caso la idea es clara por parte de Farr. El activista intenta con este movimiento contrarrestar los intentos de limitar el libre flujo de información con proyectos como SOPA:

Creemos en la información abierta, la comunicación es un derecho humano.

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