Dicen que los húngaros vienen de Marte, por lo menos eso parece en el caso del genio de personas como John von Neumann. Este hombre, además de hacer aportaciones inmensas en física y matemáticas, influyó de forma decisiva en las ciencias de computación. De hecho la arquitectura de la computadora que estás usando para leer este artículo lleva el nombre de von Neumann (a menos que uses un dispositivo muy raro), donde los programas son almacenados en una memoria y de ahí leídos por la unidad de procesamiento en turno. Y otra de tantas ideas luminosas aportadas por el polímata húngaro, la que nos trae aquí, fue la de vida artificial.

Von Neumann se preguntaba si era posible construir una máquina que produjese máquinas más complejas que si misma. Su búsqueda estaba guiada por sus increíbles habilidades matemáticas. Él cayó en la cuenta de que la clave está dentro del concepto de auto-reproducción.

Consideremos que las máquinas normales solo construyen máquinas más simples que sí mismas. Por ejemplo, los robots de líneas de producción industrial, que son mucho más complejos que los artefactos que producen en serie. Ciertamente nosotros, seres humanos, aún no hemos logrado concebir seres más complejos que nosotros mismos. Sin embargo, la evolución sugiere que los organismos vivos pueden dar nacimiento a formas de vida más complejas.

Una máquina auto-reproducible debería poder evadir su degeneración hacia formas más simples. Ahora bien, imaginemos esa máquina acompañada de unas gotas de caos, propensa a mutaciones, y que eventualmente genere una o más máquinas más complejas... Entonces comienza la magia de la vida artificial.

La implementación física de esos conceptos en tiempos de von Neumann, allá por la década de los 60, era impensable. ¿Cómo podría experimentar con esas ideas? El polaco Stan Ulman le sugirió el uso de autómatas celulares (CA), que son sistemas celulares (los sistemas vivos más simples que existen), teóricos, con las siguientes características:

Un espacio celular para vivir Tiempo para que suceda la vida Estado Vecindad Capacidad para cambiar de estado Límites en tiempo y espacio

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Esa sugerencia fue suficiente para que von Neumann iniciara formalmente el estudio matemático de los sistemas celulares. Más aún, así se inicio el estudio formal de los principios fundamentales de la vida, en tanto que es un sistema complejo pero
sujeto a características sencillas y, como bien sabemos, sobradamente poderosas. Otros científicos-genios como Conway y Wolfram continuaron la labor de von Neumann, mismos que revisaremos en las siguientes ediciones de nuestra sección de Inteligencia Artificial.

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