De acuerdo a un estudio realizado por los científicos del Reino Unido y Singapur parte de la incomprensión respecto a las técnicas de navegación utilizadas por ciertas aves ha quedado develada. Según sus estudios algunos tipos de aves reciben información directamente en sus ojos sobre la ubicación de los polos magnéticos del planeta.

Antes que muchos pongan a volar su imaginación les decimos que no tiene mucho que ver con los hud de los videojuegos más populares. Las aves están lejos de tener en su visión información como un mapa, el puntaje o las vidas que le quedan. Sin embargo, por un fenómeno físico podrían estar recibiendo información suficiente como para poder reconocer constantemente su orientación.

Hace mucho que se cree que las aves tienen referencia sobre los puntos cardinales, sus trayectorias durante largas migraciones parecerían indicar que reconocen el campo magnético de la tierra. Sin embargo, la mayoría de los procesos se daban durante las horas del día, asi es que algunos científicos asociaban su brújula interna con la visión. En la oscuridad las aves no reconocen el campo magnético.

Según sus investigaciones, en el ojo de algunas especies de pájaros existe un tipo de molécula que al ser impactada por los fotones del sol lo absorben mientras desplazan uno de sus electrones. En ese desplazamiento, por unos instantes hasta que recupera su lugar, la molécula adquiere un campo dipolar que podría modificar la visión de los pájaros (el color o el brillo de la imágen recibida).

La disposición respecto al campo magnético de la tierra hará que el tiempo que le lleva al electrón recuperar su posición sea distinto al del resto del ojo, por lo que el efecto alterado en la visión perdudaría más en la dirección que apunte hacia el campo terrestre, aún con el ave en constante movimiento.

De esta forma las aves pueden ver su dirección en las alteraciones visuales que sus ojos sufren cada vez que reciben los rayos solares. Este fenómeno sería usado en vuelo como brújula con la información impresa en su visión.

Podemos imaginar que en los ojos de los antiguos pájaros esta distorsión en el campo visual significaba un beneficio neto en algunas aves cuando llegaba el momento de volar por grandes distancias. La selección natural entonces beneficiaría a los individuos que la sufrieran en mayor grado, haciendo que el fenómeno se potencie con el paso de las generaciones, resultando en un poderoso lector magnético en las aves que tenemos hoy.

Según dicen todavía restan muchos estudios para poder comprobar empiricamente su teoría. Sin embargo creen que aún cuando esto no se demuestre en aves, su descubrimiento podría tener otras aplicaciones, por ejemplo lentes de contacto aumentados con información llevada gracias a este método.

Fotos (cc): Christiandautumn, Nosha

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