Dejando a un lado los éxitos deportivos (la habitual cortina de humo), España es un país que vive sumido en una profunda crisis económica donde cada viernes, fecha en la que se reúne el Consejo de Ministros, los ciudadanos asisten a todo un espectáculo de recortes y medidas de ajuste económico que redundan en subidas de impuestos y detrimento del llamado Estado del bienestar. Una de las piezas más importantes en la activación de un sistema económico suele ser la banca que, gracias a la inyección de crédito, puede hacer circular dinero que sirva para la creación de empresas y la estimulación del consumo pero, para empeorar la situación, la banca española también hace aguas y el Estado ha tenido que "pedir prestado" (dado que nunca ha querido usar la palabra rescate) 100.000 millones de euros a la Unión Europea para intentar sanear el sistema financiero del país.

La lógica dice que una entidad bancaria debe ser solvente y, por tanto, debe estar respaldada por un conjunto de activos (edificios, terrenos, inversiones, acciones, efectivo, etc) que le permitan responder de sus operaciones, sin embargo, cuando el mayor banco doméstico del país empieza a hacer aguas como el Titanic con pérdidas millonarias, inversiones en "activos tóxicos" (cuyo valor decrece de manera irrecuperable) y, con este panorama de pérdidas, la cúpula se mueve con contratos multimillonarios, sueldos de estrella de cine e indemnizaciones escandalosas y el Estado tiene que terminar haciéndose cargo del banco (pasando a ser el mayor accionista), inyectarle dinero público (de ese que anda recortando en Sanidad o Educación) y pedir prestado dinero al exterior; es bastante lógico que la ciudadanía no esté contenta.

La crisis de Bankia

Básicamente, ese podría ser el resumen de lo que ha pasado en los últimos dos meses en España con Bankia, una macroentidad financiera creada tras la fusión de varias Cajas de Ahorro españolas (un tipo de entidad financiera sin ánimo de lucro normalmente vinculada a poderes públicos y, por tanto, con cargos políticos). Teniendo en cuenta el claro carácter político de la entidad, el elegido para presidir este banco fue Rodrigo Rato, político del Partido Popular (PP) y ex-Ministro en la época del Presidente José María Aznar además de antiguo Director del Fondo Monetario Internacional.

La intervención del Estado y el cambio directivo

Durante sus dos años al frente del banco (2010-2012), donde llegó a ganar 2,3 millones de euros al año y tenía una indemnización de 1,2 millones de euros por cese, la entidad presidida por Rodrigo Rato fue cayendo en picado hasta que en el mes de mayo, tras haber recibido más de 15.000 millones de euros del Estado para recapitalizar el banco (por sus arriesgadas inversiones en el mercado inmobiliario), el mismo Estado tuvo que intervenir y hacerse cargo de la entidad. El primer paso, tras la insostenibilidad de la situación, fue forzar la salida de Rodrigo Rato con la idea de lanzar un plan de saneamiento para reflotar la entidad y evitar la quiebra total (con la consecuente pérdida de los ahorros de sus clientes).

¿La solución? Recurrir a José Ignacio Goirigolzarri, ex-Director General del BBVA, un directivo que vivía "modestamente" jubilado con una pensión de tres millones de euros anuales. Tras aterrizar en Bankia, el nuevo presidente presentó a la opinión pública (en una rueda de prensa celebrada en sábado) un plan de saneamiento de la Entidad en la que se iban a pedir 19.000 millones de euros al Estado que no se iban a devolver y, por tanto, correrían a cargo de los ciudadanos.

Las responsabilidades y las consecuencias de Bankia

Teniendo en cuenta que la mala gestión de una cúpula directiva (formada por políticos en su mayoría y cargos afines) ha terminado costando dinero a los ciudadanos (justo en el momento en el que el Estado estaba realizando recortes en materia de Educación y Sanidad) provocó un gran malestar en la ciudadanía que comenzó a pedir responsabilidades.

Los partidos de la oposición han pedido la creación de una comisión de investigación sobre el asunto y la comparecencia de la cúpula directiva de Bankia (incluyendo a Rodrigo Rato) ante el Congreso de los Diputados pero, al final, la mayoría absoluta del PP ha intentado tumbar siempre estas solicitudes

La impunidad de la banca y la respuesta ciudadana

Tras comprobar (y me incluyo como ciudadano) que una cúpula directiva (muy bien remunerada) no se ha hecho cargo de sus decisiones ni parece que piensen dar muchas explicaciones de todo lo acontecido y, además, han colocado al país en una complicada situación económica (por la inyección de capital) y han sembrado una gran desconfianza en los mercados internacionales; la indignación social es bastante alta y han sido múltiples los actos de protesta materializados en oficinas de Bankia en toda España.

El movimiento 15M volvió a las calles a protestar contra esta intervención que, por una mala gestión, se va a materializar en recortes y subidas de impuestos para los ciudadanos. Caceroladas o protestas en oficinas de Bankia han sido algunas de estas manifestaciones pero, entre todas estas muestras, una de las más importantes (y que quizás pueda marcar un punto de inflexión en las protestas ciudadanas ante los abusos del poder) ha sido el #15MpaRato, un movimiento basado en el crowdfunding con el que recaudar dinero para pagar un proceso judicial que permita sentar en el banquillo de los acusados a la cúpula de Bankia por llevar la entidad a la quiebra y, por tanto, se enfrenten a responsabilidades penales por su mala gestión.

#15MpaRato: crowdfunding para luchar contra la injusticia

Con la idea de pedir responsabilidades y respuestas a esos que se escudan en la mayoría absoluta de sus compañeros para eludir cualquier responsabilidad, el movimiento 15M decidió apostar por Internet para recabar información y financiación con la que articular una denuncia y un proceso judicial contra los responsables que han detonado que España haya tenido que acudir al fondo de rescate de la Unión Europea (un rescate que disfrutarán los bancos pero que pagaremos los ciudadanos).

A través de un blog y un proyecto en Goteo (cuyo plazo de recaudación termina precisamente hoy aunque no han necesitado agotarlo), la iniciativa comenzó su andadura con la idea de recabar apoyos entre la ciudadanía y sustentar un proceso judicial. Si alguien pudo pensar que el proyecto no llegaría a ninguna parte, la respuesta fue impresionante porque, en muy poco tiempo, los 15.000 € de financiación que solicitaban terminaron siendo casi 19.000 € con las aportaciones de más de mil personas.

Estamos canalizando un mensaje de la sociedad y una advertencia: se ha acabado la impunidad

¿Y cuál es el objetivo? Los objetivos y la planificación son algo que podemos consultar con todo lujo de detalles, de hecho, la transparencia es uno de los principios básicos del proyecto y podemos seguir las distintas partidas presupuestarias a las que se dedica el dinero recopilado gracias a la difusión realizada con hashtags como #15MpaRato, #QuerellaPaRato, #RatoFunding o #APorRato.

Gracias a las aportaciones de la ciudadanía, que han superado con creces las expectativas y los plazos que se manejaban, el equipo legal cuenta con recursos suficientes para encarar un proceso que ya ha comenzado puesto que, el pasado 4 de julio, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu admitió a trámite la querella presentada por el equipo de #15MpaRato. ¿Y cuál es el objeto de la querella? Según ha fundamentado el equipo legal, el movimiento 15M solicita que se investigue la ocultación de información relativa a las cuentas de la entidad bancaria puesto que anunciaron unos beneficios de 300 millones de euros justo cuando salieron a bolsa cuando, realmente, los números eran muy distintos y, claro está, se engañó a los accionistas que compraron los valores de la financiera:

Si los accionistas hubieran conocido las pérdidas, no habrían metido su dinero

Un movimiento que pasará a la historia

Se han pulverizado todos los récords. 50 accionistas querellantes en media jornada. Decenas de testigos internos. En una hora, 11000 personas queriendo coproducir una querella contra Rato y sus complices. Recaudar el dinero necesario para la querella en menos de 24 horas

¿Por qué es importante #15MpaRato? Este proyecto, bajo mi punto de vista, pone sobre la mesa varios hechos que creo que son bastante significativos. Por un lado, demuestra que el crowdfunding es un modelo de financiación que funciona, tanto a nivel de pequeñas ideas de negocio como para movilizar a la ciudadanía y canalizar su descontento o su protesta hacia una acción coordinada de gran impacto; precisamente, esa labor de coordinación de entes (ciudadanos) aislados que por separado no podían actuar, han conseguido unirse gracias a la red, coordinarse y sustentar una batalla legal del tipo "David contra Goliath" con el que intentar hacer justicia para que los responsables de hundir un banco y estafar a pequeños ahorradores no queden impunes.

Al igual que el 15M consiguió hacer salir a la calle a la ciudadanía, despertar conciencias y hacerles partícipes de la vida pública para lograr una mayor implicación de los ciudadanos y hacer ver a la clase política el descontento de los votantes (a los que se deben), este proyecto marcará un punto de inflexión (sobre todo si logran sentar en el banquillo de los acusados a Rodrigo Rato y compañía) al conseguir coordinar esfuerzos puntuales para saltar el bloqueo impuesto por el poder ejecutivo (Gobierno) y el legislativo (Congreso de los Diputados) y lograr acceder con fuerza al poder judicial como último recurso ante el atropello, el abuso y la protección de una clase privilegiada.

Imágenes: Democracia Real Ya y @dar1o

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: