Una de las primeras imágenes que nos vienen a la cabeza cuando hablamos de drones es la de los aviones no tripulados de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos como el famoso Predator. Afortunadamente, no todos los drones tienen fines bélicos y no todos son aviones puesto que, con el paso del tiempo, se han desarrollado también vehículos autónomos terrestres y incluso pequeños submarinos-robot. Precisamente, un pequeño submarino-robot utilizado dentro de una investigación científica acaba de alcanzar un récord Guiness al recorrer 16.668 km de distancia (entre San Francisco y Australia) y coronándose como el robot que ha sido capaz de hacer el viaje más largo en la Tierra.

Nueve mil millas náuticas, o lo que es lo mismo, 16.668 kilómetros de distancia, ha sido la distancia que ha cubierto el Papa Mau (que es como se llama este robot) desde que se lanzase al Océano Pacífico en San Francisco. ¿Y cuál era el objetivo de este largo viaje? Liquid Robotics, que es la empresa que está detrás de este proyecto, ha aprovechado esta singular aventura para recopilar datos sobre la temperatura, la salinidad y el ecosistema del océano (el plancton) pero, lo más importante, ha sido poner a prueba la resistencia de este robot.

Viendo la distancia que ha recorrido este robot, cuyo nombre homenajea a Pius "Mau" Piailug un navegante de Micronesia, nadie puede dudar que el diseño de éste se ha optimizado para resistir cualquier adversidad que se pueda encontrar en el océano (tormentas, tiburones, atravesar la Gran Barrera de Coral...) durante 365 días ininterrumpidos de navegación.

Para la compañía, lógicamente, este tipo de pruebas le sirven para probar en condiciones extremas este robot y darle cierta publicidad a la hora de introducirlo como un producto que pueda ser del interés de los biólogos marinos puesto que, gracias a sus sensores, ha aprovechado el viaje para recopilar datos científicos y ésta, precisamente, podría ser una de las aplicaciones que podría tener este submarino que no requiere combustible y se mueve aprovechando la energía generada por las propias olas del mar y un panel solar situado en la zona superior con la que se alimentan los sensores y sistemas.

El Papa Mau no es el único robot desarrollado por Liquid Robotics para funcionar en el mar, la compañía desarrolló otros dos que también se lanzaron al océano poco tiempo después. Uno de estos robots está previsto que llegue a Australia durante el mes de enero y el otro, que tenía como destino Japón, tuvo que retirarse en Hawaii al sufrir una avería y requerir reparaciones.

¿Y qué pasa con los datos recopilados? ¿Se van a utilizar o es solamente una demostración? Afortunadamente, todos los datos recopilados por el Papa Mau no se van a perder y se pondrán a disposición de la comunidad científica con el incentivo de una subvención de 50.000 dólares para la propuesta más original e interesante que surja con el objetivo de maximizar el aprovechamiento de los datos recopilados por este robot.

Imágenes: Liquid Robotics

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