Kyle May(Flickr)

Neurocientíficos e ingenieros de materiales italianos desarrollan un polímero que servirá para fabricar retinas artificiales. En su estudio, publicado en la prestigiosa Nature Photonics, el equipo liderado por Fabio Benfenati fue capaz de probar la capacidad del nuevo material de convertir luz en estímulos eléctricos y demostrar su efectividad en explantes realizados en ratas.

En 2011, el mismo grupo de investigación anunciaba en Nature Communications el cultivo de neuronas sobre un polímero bioorgánico sin alterar las funciones biológicas de la red neuronal. Aquellos resultados iniciales parecían indicar que en un futuro podría aplicarse este material en la fabricación de retinas artificiales.

Dos años después, el equipo italiano demuestra las propiedades ópticas del material y expone unos resultados preliminares que demuestran su efectividad en animales vivos.

A pesar de que otros grupos trabajan en el desarrollo de microchips para restaurar la visión de personas afectadas por degeneración macular o retinitis pigmentaria, este material polimérico podría implantarse en retinas dañadas o retinas artificiales sin la utilización de más implantes electrónicos. Su ventaja frente a estos últimos reside en su fácil adaptación a la forma del ojo y su gran flexibilidad.

En su experimento, asociaron el polímero a retinas dañadas y comprobaron que gracias a este material, los pulsos de luz se convertían en actividad eléctrica, de forma similar a lo que ocurre de manera natural con los fotorreceptores de retinas normales. Una vez que el material es expuesto a luz, se cree que acumula las cargas negativas en su superficie, que se convierten en positivas en las células nerviosas, momento en que estas se activan eléctricamente.

Aunque el material no respondía frente a la luz con la misma efectividad que los receptores normales de retinas no dañadas, este experimento suponía un avance considerable para pacientes con enfermedades degenerativas que causan ceguera. Para demostrar la eficacia de explantes con este nuevo polímero, decidieron comenzar los experimentos en animales. Utilzando ratas que sufrían retinitis pigmentaria inducida, el equipo italiano observó que era capaz de restaurar en parte la visión de los animales. Aunque aún queda un largo camino para utilizar este material en la práctica médica habitual, sin duda estos resultados suponen una esperanza para los pacientes aquejados de este tipo de enfermedades.

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