Un nuevo avance tecnológico, promovido por la Universidad de Rochester (Estados Unidos), el Laboratorio de Propulsión (JPL) de la NASA y la compañía Teledyne Imaging Sensors, nos ayudaría a detectar más rápido y de manera efectiva la presencia de asteroides próximos a la Tierra.

Los asteroides, considerados como objetos rocosos o metálicos, presentan un tamaño menor al de un planeta. Los que existen en el Sistema Solar, en general, presentan órbitas más o menos estables alrededor de Marte y Júpiter. Sin embargo, en algunas ocasiones existen asteroides con órbitas desviadas que pueden suponer un problema para el planeta.

Conocemos como asteroides NEO a aquellos que presentan una órbita cercana a la Tierra, por lo que tienen un riesgo mayor de impacto contra nuestro planeta. Estos NEO, en inglés Near Earth Object, pertenecen a ese rango de asteroides próximos a la Tierra que han de ser vigilados para minimizar cualquier peligro. Si bien el riesgo de que un asteroide impacte contra el planeta existe, también lo es la posibilidad de que lo haga un cometa con una órbita cercana.

Este fue el ejemplo del Cometa Shoemaker-Levy 9, más conocido como SL-9, que impactó contra Júpiter en 1994. Las colisiones de objetos pequeños en nuestro planeta suceden de vez en cuando de forma mensual. Sin embargo, el choque de asteroides próximos a la Tierra o de otro tipo de cuerpos es menos frecuente, por no decir rarísimo (sucediendo una vez cada diez millones de años).

Para detectar estos objetos, se utilizaban programas como LINEAR, LONEOS, SpaceWatch o NEAT, entre otros. Todas estas iniciativas eran las denominaciones de varias misiones espaciales, que analizaban la presencia de asteroides próximos a la Tierra utilizando telescopios más o menos tradicionales (mediante luz visible). Sin embargo, estos proyectos no contaban con resultados óptimos, ya que los asteroides solo reflejan la luz visible, no la emiten. De esta forma, los resultados obtenidos hasta el momento podrían ser engañosos.

Por este motivo, el desarrollo de sensores de infrarrojos acoplados a los telescopios de la NASA es un gran paso para la investigación espacial. Esto es debido a que, en contra de lo que sucede con la luz visible, los asteroides emiten radiación infrarroja, por lo que podrían ser detectados más fácilmente utilizando esta longitud de onda.

Mediante este truco, los investigadores norteamericanos han desarrollado el sensor NEOCam, que podría ser acoplado en los telescopios de la NASA. Gracias a este innovador sistema, no solo seríamos capaces de detectar asteroides próximos a la Tierra, sino también podríamos conocer datos como su composición y tamaño, dadas las características de la luz infrarroja. En otras palabras, seríamos capaces de analizar en el futuro esta información gracias a la emisión térmica de los propios asteroides. Además, NEOCam es mucho más ligero y eficiente que los sensores convencionales, de forma que ofrece una mayor confianza a la hora de ser utilizado en los telescopios.

Este sistema está compuesto por varios materiales, entre los que destaca el mercurio, el cadmio y el telurio, dadas sus especiales características para resistir altas temperaturas. ¿El resultado? NEOCam presenta una sensibilidad mil veces mayor con respecto a los sistemas tradicionales. Una innovación importante en investigación espacial, que sin duda nos hará sentir un poquito más seguros en el planeta.

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