Aunque Microsoft tardase en confirmar el evento de presentación de la nueva Xbox, el desarrollo de la consola era un hecho conocido y hace tiempo que se han filtrado varias de sus supuestas características, tanto a nivel de componentes como de su posible funcionamiento. Y también se conocen algunos de los errores que podría cometer la compañía y que debería evitar a toda costa.

Precio desorbitado

Es cierto que las consolas están pensadas para tener una vida útil de varios años (Xbox 360 llegó al mercado en 2005), por lo que es fácil amortizar el desembolso realizado por ellas. Sin embargo, si el precio se aleja demasiado de los 500 dólares podría tardar bastante en despegar (en concreto, hasta que se hiciese la primera rebaja).

De todos modos, lo más probable es que en este caso quien más tenga que decir sea Sony. Microsoft no se puede permitir que su consola sea mucho más cara que la de su rival (y viceversa), así que al final lo más probable es que esta competencia afecte de forma positiva a los usuarios.

Lo que no parece que vaya a cambiar (de hecho, parece que ocurrirá todo lo contrario) es la tendencia ascendente en el precio de los nuevos juegos. Eliminar las barreras físicas con la descarga de títulos no ha hecho mucho por cambiar esta situación (la rebaja no suele ser superior a los 5 dólares). Y eso sin olvidar uno de los temas más polémicos de la nueva generación...

Juegos de segunda mano

Por ahora es sólo un rumor que parece que finalmente se quedará en eso: un rumor. Pero durante un tiempo se especuló con la posibilidad de que la nueva Xbox no pudiese utilizar juegos de segunda mano, un mercado al alza que nunca ha gustado a las compañías desarrolladoras que no encuentran la forma de monetizar el interés de los usuarios.

Lo que no está tan claro es que vaya a ser posible jugar a juegos de Xbox 360 en la nueva consola, debido al cambio de arquitectura del procesador. Una de las opciones que se baraja en Redmond sería lanzar una Xbox 360 mini de precio muy reducido (unos 150 dólares) con la que combatir esta falta de retrocompatibilidad.

Por el momento no hay nada confirmado, pero a primera vista no parece que esta solución vaya a convencer a los usuarios,que se verían obligados a pagar bastante más de lo que cuesta un periférico (siempre, claro está, que no tengan una Xbox 360).

Sobredosis de Kinect

Kinect es uno de los dispositivos más sorprendentes que ha desarrollado Microsoft en los últimos años. No obstante, lo es más gracias a las aplicaciones alternativas que se le han encontrado que por los usos que se hacen de este controlador en los juegos de Xbox.

Así pues, aunque tenemos muchas ganas de ver el nuevo Kinect, lo más inteligente sería hacer que tuviese un papel secundario, al menos en un principio. En los juegos será sencillo lograrlo (muchos de ellos estarán disponibles en plataformas que no tienen estas opciones de control), pero la mesura debería ir más allá.

¿Hasta dónde? El menú de inicio, por ejemplo. Microsoft está en un proceso de unificar el aspecto de todos sus sistemas operativos. De hecho, la interfaz de Xbox 360 recuerda bastante a Windows 8 y Windows Phone, así que es de esperar que la nueva Xbox siga este camino. De ser así, el control por gestos parece el más cómodo, pero esto no debería hacer que estuviese centrado en Kinect, ya que los usuarios están muy acostumbrados a usar el mando.

Conexión constante

A pesar de ser un asunto que ya está prácticamente resuelto, causó mucho revuelo hace unas semanas. El culpable fue Adam Orth, director creativo de Microsoft Studios que respondió con dureza a las críticas recibidas por la necesidad de tener la consola conectada en todo momento.

Finalmente, a falta de confirmación oficial, no será necesario que esto ocurra y se podrá jugar sin estar conectado a Internet. Sin embargo, hacerlo permitirá disfrutar de contenido exclusivo. Si finalmente ocurre esto, es decir, es algo opcional, no habrá problemas; pero si Microsoft decidiese 'obligar' a los usuarios a tener una buena conexión (algo prácticamente utópico en muchos lugares del mundo), regalaría el liderazgo del mercado a PlayStation 4.

Un evento en condiciones

Aquí lo tienen fácil, pues Sony dejó el listón muy bajo. No es que su evento fuese malo en sí mismo, pero las expectativas eran demasiado altas. Además, la organización no fue la mejor y se dieron todos los detalles relevantes al comienzo, lo que hizo que se esperase una gran revelación al final que nunca llegó.

Por lo tanto, con que Microsoft muestre su nueva Xbox en su evento del 21 de mayo, aunque sea de forma parcial, tendrá mucho camino recorrido. En cualquier caso, cualquier información adicional será bien recibida. Y hay mucha.

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