En el día de hoy, Google ha publicado las especificaciones de Google Glass, es decir, ha revelado algunos detalles relativos a las especificaciones de sus gafas de realidad aumentada. He de reconocer que Google Glass, desde su anuncio, me pareció un proyecto muy innovador e interesante; de hecho, su presentación en el Google I/O 2012 no pasó desapercibida y nos hacía vislumbrar un año 2014 en el que la interacción con el mundo que nos rodea iba a cambiar mucho. Sin embargo, en este tiempo, a pesar del optimismo y el cambio de paradigma que puede suponer este ejemplo de wearable computing, las especificaciones presentadas hoy me hacen desconfiar del gadget y, por tanto, de Google Glass como un producto que pueda tener impacto en el mercado.

No dudo que el concepto de Google Glass sea innovador, de hecho, el concepto de Google Glass me parece de lo más prometedor y creo que la realidad aumentada es un filón que aún está por explotar y puede contribuir mucho a cambiar la forma que tenemos de relacionarnos con la tecnología y con el entorno que nos rodea. Sin embargo, desde el punto de vista tecnológico y de los servicios, creo firmemente que Google Glass está por detrás de lo que uno puede esperar de un dispositivo que vamos a llevar puesto todo el día y que, además, debe estar constantemente conectado a Internet.

Google Glass ofrece autonomía para un día

Si dejamos a un lado la capacidad de almacenamiento del sistema, la posibilidad de grabar vídeo a 720p, que el sonido se transmite por conducción ósea o que tendremos la sensación de estar delante de una pantalla de 25 pulgadas y nos centramos, específicamente, en pensar cómo podríamos usar este gadget o en el día a día con estas gafas, llego a la conclusión que este producto es prematuro y que puede llegar a decepcionar a los pocos usuarios que se hagan con unas de estas gafas.

Las especificaciones que Google ha facilitado hoy nos hablan de un dispositivo que ofrece "autonomía para un día", algo que casa con lo que se comentó en el Google I/O sobre las 6 horas de vida de la batería de Google Glass. Si tenemos en cuenta que es un dispositivo always on y que dispone de una cámara de vídeo que graba a 720p, es bastante sencillo llegar a la conclusión que cuanto más usemos el dispositivo mayor será la penalización sobre la autonomía. Dicho de otra forma, un hangout (una de las funcionalidades estrella que vimos en el vídeo de presentación inicial del proyecto) o la grabación de un vídeo y su subida a YouTube podrían dejarnos la batería del dispositivo bastante mermada como para aguantar una jornada.

Llevar puesto un gadget que no es capaz de aguantar un día de uso puede ser un atraso

No creo que el concepto de wearable computing camine por la senda de dispositivos que, constantemente, dependen de un cargador porque la batería se gaste rápidamente con el uso. Precisamente, esto es algo que criticamos mucho en determinados modelos de smartphone y de este segmento Google podría haber aprendido que un esquema de 4-5 horas no es ni mucho menos práctico. Cuando hablamos de wearable computing imaginamos gafas, relojes y cualquier otro objeto cotidiano que podamos llevar puesto, ya sea una prenda o un complemento; es decir, debe ser algo que sea capaz de funcionar al menos durante todo un día completo y no requerir una carga a mitad de jornada (imaginemos que estamos de vacaciones y hacemos turismo, no siempre es fácil localizar un enchufe para cargar nuestro smartphone ni tampoco creo que sea cómodo ir con una batería de refuerzo en el bolsillo y un cable saliendo de nuestras gafas).

Particularmente, no me veo usando algo que tenga que estar cargando cada 4 horas, es decir, la mitad de mi jornada laboral. Con un planteamiento así, el uso va a estar muy acotado y, por tanto, se va a quedar lejos de ser el "complemento" que nos acompañe a todas partes. ¿Acaso alguien se pondría un reloj que haya que cargar cada 4 horas? Ahora que se avecinan varios proyectos de smart watches, puede ser una interesante pregunta a plantearse y, sin duda, un criterio a la hora de analizar este tipo de productos que buscan dotar de conexión a los objetos cotidianos.

Las expectativas del proyecto son muy grandes

Siempre que se habla de Google Glass nos centramos en funcionalidades, en el Internet de las Cosas, los interfaces invisibles o la realidad aumentada, pero creo que es importante centrarse en el hardware y lo tangible porque de ello depende directamente la experiencia de uso de este sistema. Si al final resulta que, aunque funcionalmente sea genial, acaba siendo algo que no es práctico estaremos delante de un producto que podría quedarse en un intento de producto que, quizás en unos años, forme parte de alguna de lista de "productos que pudieron marcar un gran impacto pero que llegaron demasiado pronto al mercado".

¿Es Google Glass un proyecto innovador? Sin duda alguna lo es, sin embargo, su implementación práctica creo que no responde a las expectativas que se han puesto en el proyecto.

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