Robert Scoble (Flickr)

Estamos de celebración de uno de los acontecimientos tecnológicos más importantes de la historia: el lanzamiento de la primera web. Hace dos décadas el CERN oficializó en un documento que la tecnología diseñada para la creación de la World Wide Web era a partir de entonces de dominio público.

Aquella idea había sido concebida por Tim Berners-Lee, un físico británico que pensó en la creación del lenguaje HTML (HyperText Markup Language), además de generar el protocolo HTTP y el sistema de localización de objetos en la web URL (Uniform Resource Locator).

Berners-Lee había trabajado en el CERN hasta 1980, año en que se incorporaría a la empresa privada. Nueve años después, el CERN era el nodo de Internet más grande de Europa, y debido a la necesidad existente de distribuir e intercambiar información acerca de las investigaciones, se propuso unir Internet con los lenguajes HTML, HTTP y el protocolo de localización mediante URL, para así llegar más adelante a la creación y difusión pública de la primera web.

La invención desarrollada por el físico británico se planteó en un principio como un sistema de intercambio de información entre las universidades y los centros de investigación en física. En aquella época, estaban disponibles otras metodologías, como WAIS y Gopher, pero la simplicidad de la web, y sobre todo, la decisión del CERN de hacerla de dominio público, permitió su rápido desarrollo y su creciente popularidad.

Como apunta Rolf Heuer, Director General del CERN, "no existe ningún sector de la sociedad que no haya sido revolucionado por la invención de la web". Aquella idea de Berners-Lee ha cambiado por completo la forma en la que nos comunicamos, trabajamos o incluso vivimos. La web es un gran ejemplo de cómo la investigación básica puede beneficiar a la humanidad.

La primera página web en el CERN (y por ende, también en el mundo) estaba dedicada precisamente al proyecto "World Wide Web" de Tim Berners-Lee. Se encontraba alojado en el ordenador NeXT del propio físico londinense, y describía las características básicas de la web. Además, también se podían encontrar en aquella primera página las instrucciones sobre cómo acceder a la información proporcionada por otras personas en la web y cómo desarrollar tu propio servidor.

Para celebrar este vigésimo aniversario de la decisión del CERN de hacer pública y gratuita la primera web, el centro de investigación situado en Ginebra ha comenzado un proyecto para restaurar aquel primer sitio web, que puede ser visualizado en esta dirección, y preservar los bienes digitales asociados al lanzamiento de aquella invención que revolucionó para siempre el mundo en el que vivimos.

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