Acuerdo entre Nokia y Microsoft

Nokia es, junto a BlackBerry, una de las compañías tecnológicas que más ha cambiado (de forma obligada) en los últimos años. La empresa ha pasado de ser una de las dominantes del mercado de la telefonía móvil a tener que buscar su hueco en el mercado. No obstante, parece que lo logra poco a poco, principalmente gracias al tirón de sus Lumia. Y es que el futuro de Nokia y el de Microsoft están íntimamente ligados, al menos a corto plazo.

Según los resultados publicados por la firma, a lo largo del primer trimestre de su año fiscal 2013 lograron vender 5,6 millones de unidades de teléfonos Lumia en todo el mundo. Y, si bien es cierto que empresas como Apple o Samsung únicamente necesitan unos pocos días para alcanzar esas cifras, no dejan de ser buenas noticias para los finlandeses.

El motivo de esta alegría es sencillo: las ventas crecen. En concreto, un 27% respecto al trimestre anterior y más de un 100% respecto al primer trimestre del año pasado. Aunque también es cierto que cuando el número del que se parte es bajo (como es el caso), no resulta tan complicado superarlo. Sobre todo si a lo largo del año hay lanzamientos importantes, que en este caso serían los del 920 y el 820.

De hecho, la propia compañía confirma esto, pues en el documento presentado confiesa que de los 5,6 millones de productos Lumia (a los que, por cierto, habría que sumar medio millón de dispositivos Symbian), unos dos tercios eran terminales Windows Phone 8. Las ventas de los Lumia aumentaron en todos los mercados en los que están presentes, a excepción de Norteamérica.

Así pues, por el momento parece que la situación es esperanzadora, al menos de momento. Es posible que las ventas de la división de teléfonos inteligentes todavía bajen, pero a medida que se afiancen en el mercado los teléfonos con el sistema operativo de Microsoft (que por ahora son los que suavizan la caída) debería cambiar la tendencia. Y aquí es donde entra el Lumia 520, posiblemente el móvil más importante para el futuro de Nokia (y, por extensión, para el de Microsoft).

Actualmente el 520, presentado durante el Mobile World Congress de Barcelona, es uno de los mejores dispositivos de gama baja en relación calidad-precio. Por lo tanto, se debería considerar el encargado de atraer a ese medio millón de usuarios que todavía compra terminales Symbian y, sobre todo, de conseguir que nuevas personas se interesen por la plataforma.

Lograrlo no será fácil, pero sí posible. Nokia todavía tiene cierta importancia en el mercado y Windows Phone es un sistema operativo muy atractivo visualmente. Y lo mejor es que no nos encontramos ante un producto mediocre, sino a uno con un acabado muy cuidado y un rendimiento muy por encima de la media de los que deberían ser considerados sus rivales.

Si a esto le unimos el aparente interés por los productos de la gama Lumia, es posible que este año fiscal termine con unos resultados muy buenos para la compañía. Muy buenos, claro, para lo que es su nueva situación, pero muy alejados de lo que llegó a conseguir. Pase lo que pase, es una locura pensar que Windows Phone vaya a poder plantar cara a iOS y Android, si bien parece que tiene una posición mucho más cómoda que BlackBerry.

De todos modos, esto es sólo una especulación. Los números son buenos, pero ridículos frente a lo que logran sus rivales, por lo que la tendencia al alza todavía se debe interpretar con cautela. Lo que sí parece seguro es que Nokia depende de Microsoft, pero en Redmond no deben perder de vista lo que hace la compañía. HTC también ha creado muy buenos teléfonos con su sistema operativo, pero por ahora no tiene un dispositivo similar al 520 y ahora mismo es básico llegar a los nuevos usuarios desde la base.

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