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Reprogramar la memoria podría sonarnos a alguna técnica más pseudocientífica que otra cosa. ¿Es posible borrar nuestros recuerdos? ¿O nuestro cerebro almacena todas las vivencias en ese pequeño gran álbum de fotos llamado memoria?

Imaginemos que una persona ha sufrido un accidente traumático en algún momento de su vida, y que como consecuencia, hubiera fallecido un ser querido. A menudo, los episodios de ese evento volverán a su memoria de manera recurrente, ya sea en modo de recuerdos durante el día, o lo que es peor, con pesadillas nocturnas. En cualquier caso, aquella vivencia ha creado un verdadero trauma en esta persona, por lo que reprogramar la memoria le ayudaría a vivir en paz consigo misma.

Desde hace años, se sabe por ejemplo que el propanolol, un fármaco que normalmente se utilizaba para tratar la hipertensión, la ansiedad o el pánico, podría ayudar a estos pacientes. De hecho su uso para borrar la reconsolidación de la memoria está siendo actualmente investigado en ensayos clínicos. Pero entonces, ¿podemos borrar nuestros recuerdos? ¿Somos capaces de reprogramar la memoria?

Lo que hicieron investigadores de la Universidad del Estado de Iowa fue tratar de entender cómo funciona la conocida como memoria declarativa. Nuestro cerebro trabaja en cierto modo como la caja negra de un avión, almacenando todos los recuerdos, pero en cierta manera, podemos corregir cómo se almacenan estas vivencias, siendo capaces de reprogramar la memoria.

Para ello, los científicos hicieron que 146 participantes vieran el episodio piloto de la famosa serie 24, protagonizada por Jack Bauer. A continuación, tuvieron que completar unos tests para refrescar parte del contenido que habían visto durante el capítulo, lo que conseguía activar en cierta manera los recuerdos que habían ido almacenando.

Después el experimento consistía en presentar a los participantes un resumen, en el que podían escuchar las partes más importantes de las escenas que habían visto de 24. Sin embargo, en el archivo de audio se incluían algunos errores, con el objetivo de inducir cierta confusión entre los participantes. Para finalizar, volvían a completar un test, con el objetivo de ayudar a comprender a los científicos si era posible o no reprogramar la memoria de los participantes. Las conclusiones que vieron fue que inducir a error de manera posterior a la visualización del capítulo servía para que los participantes recordaran alguna de las escenas de manera incorrecta.

Los resultados de este estudio, publicado en la revista PNAS, no hacen sino ahondar un poco más en la características de la conocida como memoria declarativa. Gracias a ella, los recuerdos son evocados de manera consciente, a diferencia de lo que ocurre con la memoria procedimental, que nos ayuda a que seamos capaces de tener presentes ciertas habilidades o destrezas (como montar en bici) de forma inconsciente.

Por tanto, los investigadores norteamericanos consiguieron en una pequeña parte reprogramar la memoria de los participantes en el estudio, demostrando la complejidad que tiene nuestro cerebro para almacenar recuerdos.

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