El caso de Edward Snowden, el ex-analista de la CIA que destapó el programa PRISM, se ha convertido en todo un conflicto diplomático entre los países que están ayudando a Snowden a escapar del aparato judicial de Estados Unidos (donde no le espera un futuro muy esperanzador si tomamos como referencia a Bradley Manning. Rusia y Ecuador son los dos países que han tomado un papel más activo en la huída de Snowden, por supuesto junto a WikiLeaks; y si bien ninguno de los dos países se ha amedrentado frente a Estados Unidos, la Administración Estadounidense sí que ha lanzado amenazas contra Ecuador para evitar la concesión de asilo al ex-analista. Tras el envite de Estados Unidos, Ecuador ha respondido de manera tajante: no aceptan las amenazas y renuncian a las preferencias arancelarias otorgadas por Estados Unidos.

Anoche, mi compañero Eduardo Marín nos comentaba que un Senador de Estados Unidos había lanzado amenazas contra Ecuador con el objetivo de hacerlo desistir en sus intenciones de conceder asilo político a Edward Snowden. Concretamente, Estados Unidos pretendía hacer presión con dos tratados establecidos con Ecuador y cuya vigencia está a punto de cumplirse (por lo que requieren una renegociación de los términos para establecer un nuevo marco de relación entre ambos países). La Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga y Sistema Generalizado de Preferencias son los dos acuerdos con los que anoche amenazó el Senador Demócrata Robert Menéndez.

El Sistema Generalizado de Preferencias establece una serie de ventajas arancelarias en los intercambios comerciales de ambos países, un instrumento que favorece el comercio internacional y las exportaciones pero que, sin embargo, no harán que Ecuador cese en sus intenciones. Fernando Alvarado, Secretario de Comunicación del Gobierno de Ecuador, anunció que su país renuncia voluntariamente a las preferencias arancelarias otorgadas por Estados Unidos y que, por tanto, no tienen por qué amedrentarse con las amenazas estadounidenses:

Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie y no comercia con los principios ni los somete a los intereses mercantiles. [...] Las preferencias arancelarias fueron originalmente otorgadas como una compensación a los países andinos por su lucha contra las drogas, pero pronto se convirtieron en un nuevo instrumento de chantaje

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Otro de los detalles que señaló Alvarado durante su intervención se centró en la petición de asilo político a Snowden, un aspecto en el que confirmó que aún no se ha tramitado ni ha llegado formalmente y que, como nos podemos esperar, la Embajada de Estados Unidos en Ecuador ha solicitado formalmente la entrega de Snowden en cuanto éste pise territorio ecuatoriano.

La respuesta de Ecuador a Estados Unidos, sin duda, es un valiente plante a la maquinaria estadounidense y, de hecho, para dejar aún más clara la actitud del Gobierno del país ante este tipo de presiones, el portavoz del Gobierno ofreció "23 millones de dólares anuales" a Estados Unidos (la cantidad que recibía Ecuador por las preferencias arancelarias) para invertirlos en capacitación en materia de respeto a los derechos humanos (todo un claro mensaje a la hipocresía de algunas políticas de Estados Unidos).

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