Estoy convencido de que si has sido seguidor de Breaking Bad, tendrás sentimientos encontrados con respecto al final de la serie. Por una lado querrás ver la conclusión que Vince Guilligan, con la ayuda de su equipo de ocho guionistas, ha preparado para Walt (Bryan Cranston) y Jesse (Aaron Paul). Pero por otro te gustaría que no fuese realmente la última temporada. De todas maneras, siempre es preferible asistir al final de una serie estupenda, en lugar de sufrir su agonía en continuaciones que no hagan más que exprimir un concepto tan estimulante como el que se nos ha propuesto con esta y que han hecho de ella una de las mejores series de televisión de los últimos años.

La semana pasada Breaking Bad era reconocida con 3 premios Saturn a la mejor presentación de televisión, al mejor actor, Bryan Cranston —ex-aequo con Kevin Bacon por The Following—, y el mejor actor secundario, Jonathan Banks, siendo su creador, Vince Gilligan, honrado con el premio Dan Curtis Legacy. Una serie premiada en todas sus ediciones que acapara, entre otros, 6 premios Emmy, 6 de la Academia de cine de horror, fantasía y ciencia-ficción, y ha sido premiada regularmente por los Sindicatos de montadores, directores y guionistas estadounidenses. Uno de los propios protagonistas de la serie, Aaron Paul, confesaba que en un principio no le agradan la idea de no volver a ponerse en los zapatos de su personaje. Sin embargo, una vez leyó el guión de los últimos ocho episodios, está encantado de que termine de esta manera.

Cartel de Breaking Bad

Todo comenzaba en enero de 2008, cuando Walter White, profesor de química en un instituto de secundaria por las mañanas y en un lavadero de coches por las tardes, era diagnosticado con un cáncer terminal que le lleva a plantearse lo que le pasaría a su familia cuando él muriera. De ahí a fabricar y vender metanfetamina con un antiguo alumno tan sólo hay una redada a la que le lleva su cuñado, agente de la DEA. Y de ahí hasta el final que comienza el día **11 de agosto* y se extiende hasta el 29 de septiembre. Cinco temporadas que han tenido sus más y sus menos, con huelga de guionistas de por medio, de ahí a que la primera temporada tuviera sólo 7 episodios, frente a los 13 que han tenido las demás temporadas y los 16 con los que se completa esta última, de los que 8 ya han sido emitidos en una primera parte. Lástima que, al contrario que sucediera antaño con otras series que influían en la trayectoria de los estudiantes en edad de escoger camino laboral, no se haya incrementado el número de alumnos interesados por la química.

Guionista y productor de otra serie tan extraordinaria com The X-Files* —en la que también dirigiera un par de episodios—, el propio Gilligan, sin anticipar nada del contenido, confirmaba que todas las líneas argumentales concluyen en estos 8 últimos episodios, habiendo sacado su equipo lo mejor de sí mismos para que no quedara ningún cabo suelto. Asimismo asegura que todos y cada uno de los episodios tienen momentos que van a encandilar a los seguidores de la serie, que se mueve más deprisa conforme se acerca el final. El proceso de desarrollar el guión ha sido complicado, enfrentándose siempre a muchos retos con el objetivo de que el público no se sintiese defraudado. Y a pesar de que la serie concluye, podemos decir que existen probabilidades de que su espíritu perdure, dado que está trabajando en un spinoff de la serie, centrado en el personaje interpretado por Bob Odenkirk**, Saul Goodman, en el que sería el alcalde de Las Vegas.

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