El telescopio espacial Hubble de la NASA ha descubierto una nueva luna de Neptuno, que pasa a ser la decimocuarta de este planeta gigante. El descubrimiento constituye para todos los apasionados de la astronomía un verdadero enigma.

La nueva luna de Neptuno ha sido denominada S/2004 N 1 y sorprende a los científicos por su pequeño tamaño, pues cuenta con poco más de 12 kilómetros de diámetro. Los investigadores de la NASA buscan una explicación para entender cómo este pequeño satélite ha podido soportar el estado de 'caos' en el que surgieron las otras lunas conocidas de Neptuno.

El descubrimiento de la nueva luna de Neptuno no ha podido ser más casual. Mark Showalter, del Instituto SETI en Mountain View en California, se encontraba revisando imágenes de archivo que había tomado con anterioridad el telescopio Hubble. Su objetivo inicial era analizar los anillos del planeta más alejado del Sistema Solar. Sin embargo, el movimiento tan rápido de satélites y anillos orbitando alrededor de Neptuno dificultaba mucho su estudio.

No solo eso, sino que el pequeño tamaño de la nueva luna de Neptuno en comparación con el resto de satélites, complicaba su avistamiento. Es tan diminuta que su brillo es aproximadamente 100 millones de veces más tenue que el de cualquier estrella que podamos ver a simple vista.

Lo que hizo entonces el equipo de Showalter fue repasar una y otra vez las imágenes de 2004 a 2009 tomadas por el telescopio Hubble, lo que suponía estudiar 150 fotografías de archivo de Neptuno. El hallazgo de un minúsculo punto blanco muy tenue provocó el descubrimiento definitivo de la nueva luna de Neptuno, situada a 65.400 millas del planeta.

Su órbita circular tarda aproximadamente 23 horas en rodear Neptuno. Además, su desplazamiento alrededor del planeta se encuentra en una trayectoria intermedia entre otras dos lunas de este planeta, conocidas como Proteus y Larissa. En palabras de Showalter, resulta intrigante entender cómo la nueva luna de Neptuno llegó ahí.

Los resultados actuales de los científicos confirman que dada su trayectoria y situación respecto al planeta, en comparación con su tamaño, es posible su estabilidad como satélite. Aun así, se necesitan más estudios de investigación para entender y conocer en profundidad esta nueva luna de Neptuno. Tal y como explica el propio Showalter, los primeros estudios, al basarse en imágenes de archivo, "han fotografiado al satélite como un atleta haciendo deporte", donde la fotografía permanece estática, mientras observamos el fondo borroso.

Durante los próximos años, sin duda, se desvelarán muchos más misterios de este nuevo satélite, que ayudarán a conocer en parte los secretos de nuestro Sistema Solar.

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