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El salar de Uyuni es considerado como el mayor desierto de sal del mundo, al presentar más de diez mil kilómetros cuadrados de superficie. Situado en el suroeste de Bolivia, siempre ha sido conocido como una de las mayores reservas de litio, potasio, boro y magnesio.

Su importancia económica también es destacable, ya que cada año se extraen más de 25.000 toneladas de sal. Además, es uno de los destinos turísticos más famosos de Bolivia, al recibir anualmente a más de 60.000 turistas de todo el mundo.

Ahora una investigación conjunta de la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad Tecnológica de Graz (Austria) ha revelado una característica desconocida hasta el momento sobre el salar de Uyuni. En dos trabajos publicados en las revistas Food Technology & Biotechnology y Journal of Applied Microbiology, los científicos han encontrado una peculiaridad más que interesante en una cepa bacteriana hallada en el salar de Uyuni, que tiene por nombre Bacillus megaterium.

La cepa bacteriana hallada es la mayor productora de bioplásticos conocida hasta el momento. Estos productos, que se presentan desde hace años como la gran alternativa a los plásticos convencionales originados a partir de petróleo, son una promesa de futuro para hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible.

En particular, la cepa bacteriana descrita en ambos trabajos de investigación produce enormes cantidades de poli-beta-hidroxibutirato (PHB), un compuesto biodegradable de gran interés en el sector alimentario, farmacéutico o cosmético. Debido a la gran concentración de sal del propio salar de Uyuni, el ambiente donde crece esta bacteria presenta unas condiciones extremas.

En ellas, se favorece la fabricación y acumulación intracelular del PHB, ya que es un "compuesto que la bacteria usa en momentos donde existe escasez de nutrientes", como explicó la investigadora Marisol Marqués, del área de microbiología de la Universidad Politécnica de Cataluña, en esta entrevista para la agencia SINC.

El bioplástico que se acumula dentro de la bacteria tiene unas características especiales, ya que presenta propiedades térmicas diferentes al resto de bioplásticos descritos hasta el momento. Por este motivo, el procesamiento de este material escondido en el seno del salar de Uyuni es mucho más sencillo que de manera tradicional.

Aunque los costes de producción de los bioplásticos siguen siendo demasiado elevados como para fabricarlos de manera rutinaria, lo cierto es que este hallazgo bajo el salar de Uyuni constituye un paso más para que en el futuro, la conocida como biotecnología ambiental ayude a la sostenibilidad del planeta.

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