turismo espacial

Según podemos leer en New Scientist el científico mexicano Alvar Saenz-Otero está llevando a cabo una investigación para desarrollar robots que puedan descubrir, analizar y tratar cualquier objeto peligroso que haya en el espacio de manera autónoma. De este modo se pretende dotar a la Estación Espacial Internacional de un sistema de seguridad en lugar de modificar su órbita para esquivar dichos objetos.

Y es que resulta que la EEI está rodeada de peligros. En realidad es basura espacial que orbita alrededor de la tierra pero que se puede cruzar en el camino de la estación y causar daños difíciles de restaurar. Es por eso que desde el MIT se han creado unos robots autónomos del tamaño de un balón de fútbol que tienen una cámara 3D stereo para poder identificar objetos desde una distancia segura. Las imágenes que se capturan se envían a la tripulación de la estación para que decidan cómo proceder. El trabajo también contribuye al proyecto Phoenix de la DARPA El factor humano es esencial en este tipo de situaciones ya que si uno de estos robots colisionase con el objeto que pretende analizar las consecuencias podrían ser peores. Es por eso que se necesitan unos sensores de muy buena calidad para poder ofrecer la mejor información posible. Incluso se han llegado a realizar pruebas dentro de la EEI para determinar la fiabilidad y eficacia del proyecto.

Dichas pruebas consistían en maniobrar conjuntamente alrededor de un objeto para determinar su naturaleza en un entorno de microgravedad. Para ello los robots utilizaron sus cámaras y giroscopios para navegar y mantener una distancia de seguridad. En tiempo real se estaba retransmitiendo lo que veían las cámaras a la tripulación para que pudieran evaluar lo que se veía. Los resultados probaron que los robots eran capaces de esquivar un objeto sin un conocimiento previo de su tamaño o forma, algo que se determina como vital para su correcto funcionamiento.

mg22329854.300-1_300 Aún no se sabe cuándo podrán estar en funcionamiento estas medidas pero también se les puede dar otro uso como el de la recuperación de satélites en óbitas geosincrónicas, que se encuentran mucho más alejadas que la mayoría de los satélites. De este modo se evitaría tener que recurrir a personas para estas tareas y se reduciría el coste humano.

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