La crisis del ébola es un escenario perfecto para resaltar algunos de los mayores problemas que sufre el mundo de la investigación hoy día. En este caso hablamos de la financiación, y es que la Dra. Erica Ollmann Saphire, la principal investigadora responsable de uno de los pocos fármacos contra el ébola, está pidiendo que sea la comunidad la que la financie.

Dicho fármaco no es otro que el cacareado Zmapp, un suero antiviral experimental que podría haber curado a cinco pacientes afectados por el virus durante el pasado agosto. Visto el supuesto éxito de su investigación, a su laboratorio no hacen más que llegar más y más muestras que permitan analizar el virus y los métodos para combatirlo. Pero su flujo de trabajo ha llegado a un límite, como explica. Por eso pide a la comunidad que financie su proyecto mediante un crowdfunding cuyo objetivo es alcanzar los 100.000 dólares. El dinero será destinado a comprar el equipo necesario para mejorar la capacidad del grupo.

Un crowdfunding difícil de entender

Aunque las iniciativas de crowdfunding para financiar proyectos científicos no son nuevas, éste en particular ha roto con muchos estándares a los que estamos acostumbrados. En primer lugar el contexto. Esta crisis del ébola ha puesto de manifiesto un problema de salud muy serio. Sin embargo la situación controlada de los países "desarrollados" ha calmado muchísimo los ánimos, mientras que en África la epidemia sigue extendiéndose. Ante una situación tan dantesca, la vacuna Zmapp necesita de financiación particular y voluntaria. ¿No deberían hacerse cargo organismos públicos del problema?

Zmapp
Dra. Erica Ollmann Saphire

Este detalle convierte la situación en algo sin precedentes. Eso y el bajo presupuesto solicitado por la Dra. Ollmann, un dinero que en comparación con otras investigaciones más parece algo simbólico. Aunque la investigadora del Zmapp no ha especificado las razones del uso de este dinero aunque 100.000 dólares no da para mucho mas que algunos sueldos unos meses y prácticamente para casi ningún aparato especializado. Hasta ahora se han recaudado unos 17.600 dólares. Con todo esto se nos plantea una duda ¿Qué pretende la Dra. Ollmann y por que ha de solicitarle el dinero a los ciudadanos?

Zmapp, símbolo de la actualidad científica

La Zmapp es una vacuna que podría funcionar. Eso es suficiente para llamar la atención de toda la comunidad en mitad de una crisis. ¿Pero es realmente efectiva? No lo sabemos, no hay una prueba fehaciente de ello. Hasta ahora las pruebas han sido muy limitantes y anecdóticas como para confiar plenamente en ella. En España, de hecho, contamos con la Zmab, una versión anterior y cuyos efectos secundarios parecen no asumibles en ciertos casos. Si fuese algo que diese un resultado seguro ya habrían grandes laboratorios trabajando en ello, aunque el mercado del ébola es pequeño a nivel farmacológico. Por otro lado, ni siquiera otros organismos han querido poner financiación directa, teniendo las máximas papeletas para poder actuar correctamente y ganarse muchos puntos dentro de la opinión pública.

La comunidad científica ha visto como sus investigaciones han ido muriendo en manos de políticos¿Qué hay detrás de todo este tema? Es muy difícil decirlo. ¿Publicidad, denuncia social, falta de financiación o interés público? Desde luego resulta obvio que tanto la iniciativa, tras el primer velo de buenas intenciones tiene un mecanismo más complejo detrás. No se entiende que una investigadora haya reunido a un grupo tan selecto de investigadores para tratar el objetivo de una crisis a nivel mundial financiado con la voluntad de la comunidad. Pero independientemente de las razones que impulsan la decisión, este crowdfunding pone de manifiesto un aspecto mucho más crudo de la realidad científica.

Y es que falta dinero. Tras la crisis económica que lleva azotando al mundo desde hace unos años, la comunidad científica ha visto como sus investigaciones han ido muriendo poco a poco en manos de políticos y gracias a una sociedad que no reconoce su trabajo. La iniciativa de la doctora Ollmann es solo un reflejo más de esta situación actual. Ya sea por interés particular o por una verdadera intención de poner fin a la epidemia que está devastando varios países Africanos, la situación y el símbolo seguirán siendo el mismo: hace falta más dinero y más interés por parte de todo el mundo. Y si a la industria o al gobierno no le importa, que sea el resto de la sociedad quien decida.

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