Gracias a un complejo aunque artesanal sistema que incluye lásers y proyectores, la gente del Graffiti Research Lab va por todo el mundo, haciendo graffitis no duraderos y lumínicos en las edificaciones más importantes de cada país.
Hace poco le tocó el turno a Barcelona, y todo indica que incluso esta forma de grafiteo, molesta a la policía...
¡Y deje de grabarme ya! Cámaras y grafitis: definitivamente odiados por la policía. Desde luego, por este camino irá el graffiti considerado como arte, el bueno, no el hecho con la única finalidad de estampar una asquerosa firma nada estética que afea la ciudad.
Enlace: Bombing @ El Corte Ingles | Vía: Ounae