De acuerdo con TechCrunch, el gobierno egipcio está bloqueando Twitter para evitar las protestas calllejeras en El Cairo. Al igual que los manifestantes de Túnez, los egipcios se están organizando a través de las redes sociales. En respuesta, las autoridades han decidido cancelar el acceso a Twitter desde web. Aún así, la gente ha conseguido arreglárselas para seguir comunicándose, usando el servicio a través de proxies.

Vodafone Egypt, una de las compañías más grandes del país, niega que se esté bloqueando el servicio, y atribuye el problema a la saturación de las redes. Sin embargo, el equipo de relaciones públicas de Twitter afirma que, en efecto, no se puede acceder a la red social desde Egipto.

Así mismo, Facebook también está siendo empleado a favor de los manifestantes, pues a través de diversos grupos están denunciando la represión policiaca, publican fotografías de las protestas, y reciben muestras de apoyo de diferentes partes del mundo. En uno de los últimos mensajes del grupo "We are all Khaled Said", se revela que las autoridad están utilizando balas de goma para disolver la marcha.

Los esfuerzos del gobierno egipcio son en vano, pues en su afán por frenar el flujo de información, lo único que logran es captar aún más la mirada internacional. El uso de estas técnicas de comunicación no es nuevo: por ejemplo, está el caso de los SMS en las protestas de Filipinas en 2004 y 2006, en el que la fuerza colectiva se coordinó mediante el intercambio de mensajes cortos. En este sentido, la redes sociales potencian el alcance de la convocatoria, provocando un efecto dominó imparable. Herramientas como Facebook y Twitter han resultado fundamentales para este tipo de acciones ciudadanas, pues permiten la rápida diseminación de la información, tienen un alcance global, y son prácticamente incensurables. Ahora es en Egipto donde la revolución es twitteada.

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