Hace poco menos de un mes pocos conocían al Pebble, sin embargo en pocos días gracias a la ayuda de Kickstarter y a lo llamativo de su producto han conseguido llegar a la portada de las publicaciones más importantes. Mientras llevan 6,6 millones de dólares duplicando el anterior record de Double Fine, con todavía la mitad del tiempo para colaborar, más de 45.000 personas han asumido el compromiso sumarse al proyecto. Pebble ha logrado que los usuarios participen en el desarrollo del proyecto mejorándolo y logran lucirse llevando a cabo un modelo de negocio que merece ser tenido en cuenta por otros desarrolladores.

El producto me atrapó desde el primer momento y decidí sacar lo suficiente de mi billetera como para hacerme acreedor de uno de ellos cuando comiencen a enviarlos en septiembre. Desde ese momento comenzó una etapa que hasta ahora era desconocida para mi como consumidor, a pesar de haber vendido 40.000 unidades el reloj todavía no existe en su versión final, por lo que aquellos que asumieron el compromiso de compra tienen la posibilidad de participar en el proceso de definición del producto.

Unas semanas después de haber decidido hacer mi colaboración anunciaron que el reloj sería sumergible. Para mi resultó bastante curioso ver una especificación tan relevante que se anunciara varios días después de presentado el producto, por lo que quise averiguar un poco más visitando su sitio y siguiendo a su usuario en twitter. Rápidamente comencé a meterme en el diálogo que la empresa tiene con desarrolladores y usuarios solicitando una participación activa para pensar entre todos ¿Cómo se puede mejorar el Pebble? y ¿Qué aplicaciones se pueden desarrollar para el reloj?.

Asi es que me alegro casi todas las semanas con nuevas especificaciones para un dispositivo que ya compré, desde aspectos físicos como los accesorios que incluirá o sus materiales, pasando por la tecnología para desarrollarlo hasta algunos intangibles como la garantía o la posibilidad de tener SDK abierto. También hay mucha acción en los foros de la empresa donde buscan ideas para aplicaciones, asi surgieron alarmas para cuando te alejas de tu teléfono, localizadores, juegos, etc. El producto mejora día a día con propuestas, sugerencias y comentarios de otros usuarios como yo, eso que el kit de desarrollo lo liberarán recién unos meses antes de enviar los relojes.

Ya habíamos dicho antes que la relación no es de clientes, de donantes o socios, la plataforma crea un vínculo con los colaboradores. Pebble por su parte me convirtió en algo más que un cliente gracias a involucrarme en el proceso, ellos prefieren llamarnos backers. Asi deciden utilizar los numerosos recursos que consiguieron para hacer un producto mejor y para ello aprovechan el conocimiento de sus más fieles colaboradores, no se trata simplemente de poner un buzón de sugerencias. Entonces un proyecto bien manejado puede hacer que no sólo los fondos sean de origen colectivo, también la etapa creativa y productiva del proyecto. Asi permitir que el comprador asuma un rol activo, mejorando significativamente la experiencia general de compra.

Kickstarter representa una nueva metodología para hacer realidad los proyectos, pero para quienes saben utilizarlo es mucho más que eso. Hace varios meses que vengo viendo, revisando y siguiendo casos publicados en esta plataforma y en muchos sentidos no paro de sorprenderme.

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